La policía de Livonia, Michigan, ha publicado un extracto de un dramático vídeo, grabado el pasado 24 de enero, en el que un niño de dos años pasa cuatro minutos debajo del agua en piscina del Hotel Holiday Inn Express. En las imágenes se ve a un grupo de personas disfrutando de la piscina y con la supervisión de varios adultos. En un momento dado, el niño de dos años se mete en el agua donde más personas había y trata de nadar para mantenerse a flote pero no lo consigue. Poco a poco se va desplazando hacia el otro extremo de la piscina boca arriba, con la cabeza debajo del agua y moviendo, cada vez más despacio los brazos y las piernas. En un momento dado, deja de moverse y comienza a hundirse. El agua está muy turbia y no se aprecia claramente al menor hundido. Lo extraño es que ninguno de los adultos se percata de lo que está sucediendo y parece que nadie lo echa de menos. Hasta que Miranda Avery, de 9 años, que caminaba por el bordillo se percata de que hay algo en el fondo del agua y y avisa a su madrina un adulto de que el menor yacía inmóvil en el fondo de la piscina.

Inmediatamente llamaron a emergencias y dos enfermeras que se encontraban en el hotel comenzaron a realizarle las maniobras de reanimación. Tras varios ciclos de reanimación cardiopulmonar, el menor logró expulsar el agua y recuperó la respiración. El niño fue transportado a un hospital local donde fue tratado y dado de alta pocas horas después.

Según explicó un oficial de policía, “la dos enfermeras, la niña que alertó y su madrina salvaron la vida al niño y por ello han sido nominadas para recibir el Premio al Servicio Excepcional del Departamento de Policía de Livonia por sus acciones”. De forma paralela, se ha abierto una investigación para aclarar lo sucedido.

El departamento de Policía de Livonia hizo público el vídeo para concienciar a las familias de la necesidad de mantener vigilados a los niños cuando se encuentren en las piscinas porque, según las estadísticas norteamericanas, cada día mueren tres niños ahogados en el país y es la primera causa de mortalidad de los menores de uno a cuatro años y que el 88 por ciento de estos ahogamientos se producen cuando hay un adulto presente.