La Palma

¿Están en peligro las infraestructuras canarias?

Fernando Martinez Soto, profesor titular en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Europea de Canarias y experto en estructuras avanzadas y sismoresistentes, ofrece algunas claves

La isla de La Palma, tras experimentar la larga serie de movimientos sísmicos de baja intensidad que, desde el 17 de septiembre de 2021, el Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan) había contabilizado más de 5400, un enjambre sísmico, ha pasado al nivel de erupción volcánica, caracterizada por estos movimientos del terreno liberadores de energía sin periodo de tiempo fijo y con una gran peligrosidad debido a los efectos no considerados en las construcciones y estructuras arquitectónicas.

Dicho episodio de actividad sísmica y deformación del suelo responde a las observaciones que se llevan haciendo desde 2018, con centenares de seísmos con epicentro desde 30km reducido a 12km en últimas semanas. Esta actividad micro sísmica inicial explica los movimientos magmáticos internos, la peligrosidad sísmica del lugar, y los esfuerzos geológicos llevados a la superficie de un suelo de origen volcánico que la normativa actual nacional no contempla como vulnerable, que en términos de daños no afecta a las estructuras ni precisan de estudios sismorresistentes.

Analizando la caracterización de las zonas sismo-genéticas del lugar, con aceleraciones del suelo que, al igual que el resto de las islas Canarias, establece como suelo volcánico fragmentado, y estudiando los mecanismos de propagación de la energía sísmica detectada en las últimas semanas, se recuerda la necesidad edificatoria de revisar la normativa actual y tomar medidas conservadoras en futuras construcciones.

Aún sin documentar los efectos reales en las edificaciones, ya sean daños menores como fisuras y grietas, hasta posibles deslizamientos del terreno o movimientos en cimentaciones, podemos manifestar que, al margen de la tipología estructural existente en la isla, ya sea construcción rústica o urbana, su índice de vulnerabilidad sísmica pone en tela de juicio la medida del grado de daño que sufre la arquitectura canaria si se ve sometida a un terremoto de intensidad moderada.

Llegados a este punto, cabría preguntarse cómo será el efecto de los movimientos sísmicos y la erupción a las edificaciones de la isla. Bien, a largo plazo, las construcciones pueden manifestar este cuadro de patologías superficiales leves, pero son las estructurales, las de resistencia y estabilidad las que preocupan en mayor medida, ya que su rigidez y seguridad no se consideraron en el proyecto inicial para asumir cargas laterales de terremotos o deformaciones del suelo por cambio térmicos o de sus propiedades mecánicas por erupción magmática.

Las edificaciones e infraestructuras de La Palma, en particular, y de Canarias, en general, no están preparadas para resistir estos movimientos sísmicos. En la edificación de hormigón armado, el principal problema es la falta de una concepción sismorresistente a la hora de diseñar y calcular pilares, vigas y resultando en estructuras frágiles, poco rígidas y carentes de ductilidad. Las zonas rurales son en su mayoría de vivienda tradicional de mampostería de piedra, con una importante dispersión de la población por el campo, aumentan la vulnerabilidad de daño ante sismo, al ocupar terrenos no concebidos para su edificación y bajo una tendencia a la coexistencia de tipologías constructivas antiguas, propensas a daños patológicos por la carencia de resistencia añadida.

¿Se tiene en cuenta la vulnerabilidad, desde el punto de vista sísmico, de las islas a la hora de construir edificios o infraestructuras? Esta es otra pregunta que me formularía. Se trata de un índice que decrece según la resistencia de los elementos estructurales y que responde a la forma de construir del lugar; actualmente no se contempla por la peligrosidad sísmica teórica que indica la normativa y que rige la forma de construir en las islas.

Si consideramos que la tectónica y geotecnia del lugar será la misma en el futuro, y que las normas sísmicas se rigen por las mismas leyes físicas y métodos probabilísticos de ocurrencia, debemos aplicar en los futuros proyectos los parámetros reales de cálculo de estructuras que contemplen estos escenarios de riesgo sísmico, apostando por estrategias sismorresistentes no convencionales, basadas en un marco proyectual ante daños y pérdidas humanas por colapso parcial de una edificación.