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De ciencia ficción a realidad: Los viajes en el tiempo son posibles

El físico teórico Michio Kaku sostiene que el viaje en el tiempo "es ahora un problema de ingeniería”

Kaiku sostiene que viajar en el tiempo es una cuestión de ingeniería
Kaiku sostiene que viajar en el tiempo es una cuestión de ingenieríaEspacio Misterio

En los años cuarenta, entre las colinas de Princeton, Albert Einstein se topó con una consecuencia inquietante de sus propias ecuaciones: el viaje en el tiempo no era una fantasía literaria, sino una posibilidad teórica real. Lo que hasta entonces pertenecía al terreno de la ciencia ficción —de H.G. Wells a los guiones de Hollywood— comenzaba a encontrar espacio en publicaciones científicas de primer nivel, como "Physical Review".

Hoy, más de siete décadas después, el físico teórico Michio Kaku, referente mundial en teoría de cuerdas, lo resume con una frase provocadora: “Antes limitado a la fantasía, el viaje en el tiempo es ahora un problema de ingeniería”. Y aunque el enunciado parezca propio de un relato futurista, detrás hay fundamentos científicos sólidos, aunque plagados de dilemas.

Paradojas y multiversos

Las objeciones al viaje temporal no surgieron de las matemáticas, sino de la lógica. La llamada “paradoja del abuelo” —el viajero que impide su propio nacimiento— o los bucles temporales de los relatos de Robert Heinlein parecían imposibles de conciliar con las leyes físicas. Pero la mecánica cuántica ofrece un resquicio. Según la interpretación de los universos paralelos, alterar el pasado no destruye la línea temporal original: simplemente genera otra. Así, quien impide el asesinato de Lincoln lo hace en una realidad distinta, mientras en la nuestra la historia sigue intacta.

“El tiempo, en el marco cuántico, no es una línea rígida, sino un abanico de posibilidades”, explica el físico español José Ignacio Latorre. “Modificar un punto del pasado puede no cambiar nuestro presente, pero sí originar un universo paralelo coherente con esa modificación”.

Los agujeros de gusano podrían ser máquinas del tiempo naturales
Los agujeros de gusano podrían ser máquinas del tiempo naturalesEspacio Misterio

Los agujeros negros y la física del imposible

Einstein comparaba el tiempo con un río que fluye inexorablemente hacia adelante. Su colega Kurt Gödel, desde la misma universidad, descubrió una solución a las ecuaciones de la relatividad que permitía que ese río formara remolinos, es decir, trayectorias cerradas en el tiempo. Años más tarde, el neozelandés Roy Kerr demostraría que los agujeros negros en rotación no colapsan en un punto, sino en un anillo: un espacio matemático capaz de conectar regiones separadas del universo... e incluso distintas épocas.

De ahí nacieron las ecuaciones de los “agujeros de gusano”: túneles teóricos que enlazan dos puntos del espacio-tiempo. La idea es tentadora, pero el obstáculo no es conceptual, sino energético. Para mantener un agujero de gusano abierto haría falta “materia exótica” con energía negativa, algo que solo se ha observado a escalas ínfimas mediante el efecto Casimir. En palabras del astrofísico Kip Thorne, uno de los padres teóricos del modelo, “la relatividad general permite las puertas en el tiempo, pero la naturaleza aún no nos presta las llaves”.

La frontera tecnológica

Para Michio Kaku, el reto no está en la teoría, sino en la tecnología. “Las ecuaciones funcionan -afirma-, lo que no tenemos son los instrumentos para construirlas”. La estabilidad de los agujeros de gusano, la falta de una teoría unificada de gravedad cuántica y la extrema energía necesaria para manipular el espacio-tiempo mantienen la idea confinada en el terreno de los experimentos mentales.

No obstante, la ciencia ha avanzado lo suficiente para que la pregunta ya no sea “si” es posible, sino “cuándo”. Stephen Hawking, que en los años noventa ironizaba con la “ausencia de turistas del futuro” como prueba de la imposibilidad del viaje temporal, rectificó años después: “La física no lo prohíbe, aunque hacerlo de forma segura quizá sea otra historia”.

¿Y si ya ha habido alguien que lo ha hecho?

La cuestión más inquietante no es si podremos viajar en el tiempo, sino si alguien ya lo ha hecho. El propio Kaku lo expresa con su característico humor: “Si un día alguien llama a tu puerta diciendo ser tu tataranieto, no te rías demasiado rápido”.

La frontera entre ciencia y ficción se difumina. Lo que empezó como una anomalía matemática en las ecuaciones de Einstein es hoy un campo legítimo de investigación en física teórica. El viaje en el tiempo, lejos de los delirios de la literatura pulp, podría ser —como advierte Kaku— el próximo desafío de la ingeniería del siglo XXI.