Filosofía

Este es el verdadero significado de la mítica frase "solo sé que no sé nada"

La mítica frase del filósofo griego Sócrates encierra una historia y un mensaje poco conocido

«La muerte de Sócrates» (1787), pintura del artista francés Jacques-Louis David
«La muerte de Sócrates» (1787), pintura del artista francés Jacques-Louis Davidlarazon

La reflexión filosófica es conocida por su capacidad de desafiar nuestras concepciones del mundo y de nosotros mismos. Desde tiempos remotos, el pensador ateniense Sócrates ha sido célebre por su trabajo, que culminó en la famosa declaración: "Solo sé que no sé nada".

En el centro de esta narrativa, tenemos a Sócrates, el filósofo griego nacido alrededor del año 470 a. C. Este erudito singular se destacó por su peculiar método de búsqueda de la verdad, el cual consistía en recorrer las calles de Atenas interrogando a todos aquellos que cruzaban su camino, incluido el ilustre Platón.

Sin embargo, la actividad filosófica de Sócrates no estuvo exenta de controversia. Sus indagaciones y desafíos constantes provocaron malestar en algunos ciudadanos, quienes lo acusaron de corromper a la juventud y de blasfemar contra los dioses. Estas acusaciones lo llevaron a enfrentar un juicio, que fue inmortalizado en el texto "La apología de Sócrates" de Platón.

En el tribunal, Sócrates presentó una defensa peculiar. Explicó que su búsqueda de sabiduría había comenzado a raíz de una profecía del oráculo de Delfos, que lo declaró como el hombre más sabio de Atenas. Sin embargo, la verdadera sabiduría, según Sócrates, no se basaba en el conocimiento absoluto, sino en la conciencia de los límites del propio saber.

Para Sócrates, la sentencia del oráculo se interpretaba de manera paradójica: él era el más sabio porque reconocía su propia ignorancia. Esta visión de la sabiduría trascendía la acumulación de conocimientos concretos y abrazaba la idea de que admitir nuestra ignorancia era en sí mismo un acto de conocimiento.

"Solo sé que no sé nada" nos recuerda nuestra propia limitación y nos advierte contra la presunción de conocimiento infundado. Para Sócrates, era un error atribuirnos conocimientos que no poseíamos, y consideraba que la negación de nuestra ignorancia era perjudicial para el alma. Según él, solo podíamos avanzar en nuestro conocimiento si reconocíamos nuestras limitaciones y erradicábamos la ignorancia.

El método de Sócrates se basaba en preguntas que socavaban la certeza aparente de sus interlocutores y los llevaban a admitir su propia ignorancia. Este enfoque de la autorreflexión era fundamental en la filosofía de Sócrates y buscaba ayudar a las personas a conocerse a sí mismas.

Otra interpretación de la famosa frase es que servía como un punto de partida para pararse a reflexionar. Sócrates, a través de la metáfora del parto intelectual, ayudaba a sus discípulos a extraer el conocimiento desde su interior. Comenzaba sus diálogos explorando temas en los que los interlocutores creían tener conocimiento, pero sus preguntas desmantelaban esa ilusión, llevándolos al reconocimiento de su propia ignorancia.

En resumen, la frase "solo sé que no sé nada" de Sócrates nos invita a abrazar la humildad en el conocimiento y a reconocer la riqueza que se encuentra en la ignorancia. Sócrates, a pesar de las controversias y disputas que rodearon su vida, dejó un legado perdurable que nos impulsa a cuestionarnos y a conocernos mejor a nosotros mismos.