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Un estudio sobre el habla inversa gana el premio científico más insólito de la Universidad de Harvard

Científicos españoles y argentinos descubrieron la existencia de una comunidad de personas que mantienen conversaciones utilizando frases al revés

Habla inversa
Habla inversaLa RazónLa Razón

Uno de los diez Premios Ig Nobel, que cuentan con el respaldo de la Universidad de Harvard y reconocen los logros que "primero hacen reír y luego pensar," ha sido otorgado a científicos de Argentina y España que llevaron a cabo una investigación sobre las habilidades mentales de individuos que pueden hablar al revés con destreza.

El grupo de investigadores reconocidos incluye a María José Torres-Prioris, Diana López-Barroso, Estela Cámara, Sol Fittipaldi, Lucas Sedeño, Agustín Ibáñez, Marcelo Berthier y Adolfo García. Los resultados de su estudio fueron publicados en la revista Scientific Reports.

Aunque el estudio puede parecer curioso, tiene una base científica sólida. El habla inversa proporciona un modelo excelente para investigar un aspecto fundamental del lenguaje humano: la capacidad de secuenciar fonemas (las unidades de sonido de una lengua).

Esta habilidad humana es lo que nos permite distinguir entre palabras como "caso", "saco" y "cosa", un principio fundamental de la comunicación verbal. "Básicamente, el habla inversa implica cambiar el orden de los fonemas mientras se mantiene su identidad, por lo que las personas que lo practican constantemente deberían tener patrones cerebrales específicos para manejar sus habilidades elevadas de secuenciación de fonemas", agregó uno de los investigadores.

El Dr. García compartió durante la ceremonia de entrega del premio Ig Nobel cómo surgió la investigación. "Me enteré de que el fotógrafo principal de una revista de la farándula tenía el hábito de hablar al revés", mencionó. En lugar de decir "viva el tango", el fotógrafo expresaba "ognat le aviv".

Durante largas sesiones de fotografía con modelos, él se comunicaba en lenguaje inverso, grababa sus pronunciaciones y luego invertía el audio como una forma de pasar el tiempo. El científico lo entrevistó y confirmó que su habilidad para hablar al revés era excepcional.

Posteriormente, descubrió la existencia de una comunidad de hablantes inversos que se reunían para mantener conversaciones utilizando frases al revés. A partir de ahí, se diseñó un experimento para explorar esta peculiar habilidad. "Terminamos convocando a varios hablantes inversos y construimos los estímulos más raros de nuestras carreras para que tanto ellos como personas comunes produjeran diversas palabras, frases y oraciones al derecho y al revés", explicó.

En el estudio se comprobó que los hablantes inversos presentaban configuraciones estructurales y funcionales específicas a lo largo de las vías dorsal y central del cerebro.