Astronomía
¿Qué son las esferas de Dyson que los científicos dicen haber detectado en siete estrellas?
Emitían hasta 60 veces más radiación infrarroja de lo esperado. Para explicar la señal, hasta el 16 % de cada estrella tendría que estar oscurecida, sugiriendo la posible existencia de un enjambre de grandes satélites orbitando la estrella para recolectar energía.
En junio de 1960, el físico Freeman J. Dyson publicó en la revista Science un artículo titulado "Búsqueda de fuentes estelares artificiales de radiación infrarroja". En este, planteaba que civilizaciones extraterrestres avanzadas podrían aprovechar a gran escala la luz de las estrellas construyendo estructuras orbitales conocidas como esferas de Dyson. Dyson sugería utilizar radiotelescopios para buscar fuentes de radiación infrarroja, aunque su propuesta cayó en el olvido… hasta ahora.
Sesenta años después, un equipo de científicos suecos ha analizado observaciones ópticas e infrarrojas de Gaia, 2MASS y WISE dentro del Proyecto Hephaistos (Hefesto, dios griego del fuego y la metalurgia) en busca de tecnofirmas como las esferas de Dyson. Han identificado siete candidatos que merecen un análisis más detallado. Estas estrellas, en su mayoría enanas del tipo M, la clase estelar más común, están situadas a menos de 900 años luz de la Tierra.
"La explicación más fascinante podría ser la existencia de esferas de Dyson", afirmó Matías Suazo a New Scientist.
Estas siete estrellas emitían hasta 60 veces más radiación infrarroja de lo esperado. Este exceso podría estar causado por "algo" con una temperatura de unos 25 °C, consistente con una esfera de Dyson. Para explicar la señal, hasta el 16 % de cada estrella tendría que estar oscurecida, sugiriendo la posible existencia de un enjambre de grandes satélites orbitando la estrella para recolectar energía.
La forma clásica de buscar esferas de Dyson es ubicar sus firmas de calor residual en longitudes de onda infrarrojas. Aunque las consideraciones termodinámicas sugieren que esta firma es más o menos inevitable, hay muchos objetos brillantes en el infrarrojo en la Vía Láctea. De hecho, los astrónomos suecos examinaron cinco millones de estrellas situadas a una distancia de hasta 6.500 años luz y encontraron 60 posibles estrellas candidatas, de las que seleccionaron siete.
Los hallazgos de este proyecto son prometedores, y los científicos deberán observar más de cerca a los candidatos para obtener nuevas respuestas.
Conocedor del estudio liderado por Erik Zackrisson y Matías Suazo, ambos científicos de la Universidad de Uppsala, el director del Proyecto Galileo, Avi Loeb, ha planteado en un artículo que si hay civilizaciones capaces de construir esferas de Dyson, estas podrían desintegrarse con el tiempo y sus fragmentos podrían haber dado lugar a la forma inusual y las características de vela ligera del objeto interestelar Oumuamua.
Robert Forward propuso este tipo de estructura en mosaico, en la que cada unidad funcionaría como una vela solar. Loeb sugiere que, cuando la estrella se ilumina dramáticamente hacia el final de su vida, las losas de la estructura volarían en pedazos hacia el espacio interestelar.
Podríamos salir de dudas a partir de 2025, cuando el Observatorio Vera C. Rubin en Chile, con su cámara de 3.200 millones de píxeles, podrá buscar fragmentos de esferas Dyson rotas inspeccionando el cielo austral cada cuatro días.
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