América Latina

Panamá rebaja condenas a más reclusos por COVID-19

El Sistema Penitenciario panameño informó que con este nuevo grupo ya suman 253 los internos más encarcelados por delitos comunes que han sido excarcelados tras rebajas en su castigo

Los contagios de COVID-19 suben en las hacinadas prisiones de Centroamérica
PA210. BOGOTÁ (COLOMBIA), 29/05/2020.- Fotografía de archivo de un guardia penitenciario vigilando en un pabellón en la cárcel La Joya el 6 de marzo de 2018 en Ciudad de Panamá (Panamá). En las cárceles de Centroamérica hay al menos 700 presos contagiados de COVID-19 y se teme lo peor allí pues, al igual que la gran mayoría de los presidios de Latinoamérica, son espacios hacinados en los que es "imposible" mantener las medidas básicas para el control del contagio del nuevo coronavirus. EFE/Bienvenido VelascoBienvenido VelascoEFE

(AP). Panamá rebajó el martes las penas a otro grupo de 24 reclusos como medida “humanitaria” ante el azote del nuevo coronavirus en las sobrecargadas cárceles del país centroamericano, donde se lucha con al menos 200 casos activos de la enfermedad. Con ese grupo ya suman hasta el momento 253 los internos con delitos comunes que han sido excarcelados tras rebajas en su castigo, informó el Sistema Penitenciario.

Al igual que muchos países en América Latina, la pandemia llegó a cárceles panameñas en una situación de sobrepoblación, lo que llevó al gobierno a disminuir las penas a un creciente número de internos en un esfuerzo por librarlos de un posible contagio.

Panamá es probablemente el país que más casos de coronavirus ha reportado en las prisiones en América Central, según las cifras divulgadas por las autoridades de la región. Al martes habían 200 contagios activos, 501 recuperados y un fallecido por COVID-19 en las celdas.

En la cárcel de Santiago, en la provincia de Veraguas, al occidente y centro del país, se han detectado casi la mitad del total de las infecciones registradas. Hasta el martes habían más de 90 y el único recluso fallecido, cuyos familiares han denunciado supuesta negligencia en esa muerte.

Las autoridades no han dicho cómo llegó el virus a los penales, aunque en el caso de Santiago se sospecha que algún custodio lo haya llevado, según familiares. Las visitas a los reos fueron suspendida en todo el país al imponerse restricciones de movilidad para detener la pandemia a fines de marzo.

En Santiago se movió al grupo de reclusos que no tenía el virus a un lugar fuera de la cárcel y a los positivos se los aisló y luego se les puso en cuarentena, mientras los custodios enfermos fueron llevados a una escuela de la provincia. En otras cárceles también se separaron a los internos positivos para que no propagasen el virus.

El hacinamiento también habría sido la mecha que encendió los casos. La cárcel de Santiago fue construida para 150 presos, pero actualmente aloja a medio millar. La población penitenciaria en todo el país es de casi 18.000, lo que supera la capacidad de las cárceles en más de 3.000, según las cifras oficiales.

Expertos de la organización no gubernamental Human Rights Watch aseguran que cuando se reportaron los primeros contagios del virus en América Latina y el Caribe, buena parte de los países ni siquiera intentó establecer medidas de distanciamiento para proteger a los aproximadamente 1,7 millones de reclusos en la región. El organismo estima que por lo menos 160, entre detenidos y personal penitenciaria, han muerto por la enfermedad en la zona.

Panamá registraba hasta el martes más de 6.200 casos activos del nuevo coronavirus y 403 muertos.