Dinero de Venezuela

En la excelente entrevista de Rocío Colomer y Víctor Amaya a Juan Guaidó, publicada esta pasada semana por La Razón, el presidente encargado de Venezuela califica de «práctica constante» la financiación de partidos como Podemos o el M5E italiano por parte del régimen chavista, primero, y de Maduro, después. Declaración que, ligada a la actualidad, viene a confirmar algo que ya sabíamos: los vínculos del partido de Pablo Iglesias con la tiranía bolivariana, no sólo por los lazos políticos existentes, más que demostrados, sino por otros de probablemente mayor peso, como pueden ser los económicos.

La realidad de la Venezuela de hoy es la de un país depauperado y esquilmado, en el que prácticamente no funciona nada: ni los transportes, ni la seguridad, ni la sanidad, ni los servicios públicos, ni por supuesto la economía. La inflación es tanta que el dinero prácticamente no tiene valor. Los elevados ingresos derivados del petróleo, otrora base de la riqueza del país, se han esfumado en políticas expansivas de subsidios masivos a las clases económicamente menos afortunadas, o en generosas políticas de regalos millonarios a regímenes afines , como Cuba, y/o partidos que sintonizan con las ideas del madurismo gobernante.

Guaidó sabe de lo que habla, y también el gobierno norteamericano, que desde hace tiempo sigue la pista a la financiación de organizaciones ultras de la extrema izquierda internacional con fondos provenientes de dictaduras como la venezolana, la iraní o la cubana, amén de regímenes acusados de connivencia con el narcotráfico, como lo fue en su día la Bolivia de Evo Morales.