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Pandemia ayuda a Maduro a afianzarse en el poder

Más de un año después de que el líder opositor, Juan Guaidó, desafiase abiertamente a Nicolás Maduro, este conserva las riendas del poder, ayudado en parte por el nuevo coronavirus

Venezuela: una pandemia, ¿un Estado?, un partido
AME2367. CARACAS (VENEZUELA), 14/07/2020.- Fotografía del 7 de julio del 2020, cedida por Prensa de Miraflores, donde se observa al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tomar parte en el acto de graduación conjunta de Oficiales Comando y Técnicos egresados de la Universidad Militar en Caracas (Venezuela). "El Partido Socialista Unido de Venezuela es mucho más que un partido". La frase no es (solo) un eslogan electoral de la formación política que fundó Hugo Chávez. Es la última sentencia del presidente Nicolás Maduro que muestra cómo, en plena pandemia, empuja al PSUV hacia la simbiosis con el Estado. EFE/PRENSA MIRAFLORES/ NO VENTAS/ SOLO USO EDITORIALPrensa MirafloresEFE

(AP). Más de un año después de que un joven político desafiase abiertamente a Nicolás Maduro, el presidente socialista de Venezuela conserva las riendas del poder, ayudado en parte por el nuevo coronavirus.

La oposición esperaba que ganar impulso en el 2020, después de varios intentos fallidos de derrocar a Maduro. Hasta que llegó el coronavirus. Analistas dicen que la pandemia contribuyó a diluir el apoyo a los detractores del mandatario.

El temor a contagiarse mantuvo a la gente en sus casas, sin salir a manifestarse en contra del gobierno, y el fin de una leve recuperación económica motivado por el virus hace que la gente se concentre en buscar formas de sobrevivir, no en la política.

En ese contexto, Maduro tomó una serie de medidas para asegurar que el sistema electoral lo favorece. Paralelamente, la estrella del líder opositor Juan Guaidó fue perdiendo brillo.

“En muchos sentidos, la pandemia fue más una bendición que una maldición para Maduro”, dice Geoff Ramsey, experto en Venezuela de la Washington Office on Latin America. “Maduro está más fuerte hoy que en ningún otro momento de los últimos 18 meses”.

Las autoridades venezolanas anunciaron los primeros casos de COVID-19 a mediados de marzo, tras lo cual Maduro dispuso una cuarentena que sigue en efecto. Han muerto al menos 146 personas y se conocen 16.000 infecciones, según la cuenta del gobierno, que probablemente ignora una cantidad de casos ya que no se hacen muchas pruebas.

Todas las noches Maduro y sus colaboradores actualizan las cifras en transmisiones televisivas, comparten información acerca de la llegada de ayuda humanitaria de aliados como Rusia y China y anuncia nuevas medidas para frenar el virus.

“Maduro ha tenido la oportunidad de demostrar su control territorial”, dijo Luis Vicente León, analista político.

El ingeniero Francisco Mato, que alguna vez se ilusionó con Guaidó, dice que los cambios políticos tendrán que esperar.

“Tienes que luchar por tu familia, por su comida, que no se enferme”, expresó Matos, de 42 años, luciendo un barbijo mientras compraba comida. “La política es como una opción lejana”.

Guaidó, una figura relativamente secundaria de la oposición, cobró notoriedad al anunciar planes para derrocar a Maduro a principios del 2019 y prontamente ganó el apoyo de más de 50 naciones, incluida Estados Unidos. Pero su llamado a un alzamiento militar en abril no prosperó y hacia fines del año las manifestaciones de protesta habían perdido fuerza.