América Latina
Cuba excluye a La Habana en el regreso a clases
Se aseguró el reinicio del curso escolar en toda la isla, excepto en La Habana, con el uso obligatorio de mascarillas y control sanitario en las entradas, ya que se percibe una segunda ola de la pandemia
(EFE). Cuba soltó amarras este martes con La Habana, epicentro de la epidemia de la COVID-19 en la isla, para asegurar el reinicio del curso escolar en el resto del país, que vuelve a las aulas en medio de una segunda ola del virus, tras más de seis meses de un inédito cierre anticipado.
Con mascarilla obligatoria y recibidos por sanitarios a la entrada, cientos de miles de estudiantes cubanos volvieron este martes a las escuelas del centro y el oriente cubanos. Esta “vuelta al cole” atípica incluye también algunos territorios de occidente, donde se concentra la mayoría de los casos activos del virus.
En total, los recientes rebrotes de coronavirus mantendrán en sus casas a unos 355.000 alumnos de La Habana, pero también de seis localidades de Pinar del Río, Artemisa, Matanzas (oeste) y Villa Clara (centro), con trasmisión local de la enfermedad.
Las universidades de la capital tampoco reabrirán sus puertas hasta que la situación sanitaria mejore en la ciudad, desde este martes bajo nuevas medidas restrictivas para tratar de controlar focos de coronavirus en sus quince municipios.
La pandemia, que ya deja 4.065 positivos y 95 muertos en la isla, ha logrado lo que no han podido décadas de embargo estadounidense y crisis económica: se han suspendido tradicionales desfiles masivos, celebraciones religiosas y se han cerrado las escuelas, alternativa a la que el Gobierno se resistió al inicio.
”VUELTA AL COLE” DEMORADA
Cuba, que ve en la educación gratuita y universal una de las principales banderas de su Revolución, comenzó en septiembre pasado el curso escolar 2019-2020 con casi 2 millones de alumnos y unos 9.000 maestros más que en el periodo anterior.
Ante el clamor de los padres y la rápida propagación de casos de COVID-19, las clases fueron interrumpidas a fines de marzo pasado con la idea original de retomarlas un mes después. El reinicio del periodo lectivo quedó en vilo después del pico de abril, cuando la isla reportó el mayor número de casos durante la primera ola de contagios.
En junio el Gobierno declaró controlada la enfermedad y anunció el inicio del plan nacional de reapertura, que incluía el regreso a clases este septiembre, cuando se preveía que el país tuviera ya avanzada la desescalada de la cuarentena.
Sin embargo, rebrotes recientes en la zona occidental han puesto en jaque el retorno a la normalidad, con cifras diarias que superan al pico de abril, sobre todo en La Habana. Aún así, las autoridades siguieron adelante con la vuelta a las aulas en el resto del país, en la tercera y ultima fase de desescalada, y desde hoy prácticamente incomunicado con la zona occidental.
MASCARILLA Y PRUEBAS PCR
El curso escolar 2019-2020 reinicia este martes para concluir el 31 de octubre, mes en el que se realizarán las pruebas de ingreso a la educación superior, aplazadas desde mayo. El periodo 2020-2021 deberá comenzar en noviembre, según el cronograma oficial.
Como la reapertura, la “vuelta al cole” en Cuba también será escalonada: los estudiantes de las provincias que sí retoman las clases no comenzarán a la vez, ni permanecerán en los centros al mismo tiempo.
La ministra cubana de Educación, Ena Elsa Velázquez, explicó recientemente que las enseñanzas secundaria, preuniversitaria y politécnica reorganizaron sus calendarios para que los estudiantes asistan en días alternos y así asegurar espacios para las escuelas primarias cercanas que necesiten descongestionar sus aulas.
Tras un recorrido previo por 1.500 centros de todo el país, Velázquez reconoció que en muchos persistían problemas con el suministro de agua y en otros no se habían completado las mejoras programadas durante este paréntesis de seis meses.
Entre las medidas preventivas se incluye el uso obligatorio de mascarilla para alumnos y maestros, la toma de temperatura, la desinfección de manos, la prohibición de entrada con síntomas respiratorios, el cierre a personas ajenas y horarios distintos de recreo y almuerzo.
Las autoridades también aseguraron que realizarán pruebas PCR aleatorias para detectar posibles casos asintomáticos. ”Si lo hacemos bien, podemos avanzar en el curso escolar”, insistió el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en reunión con sus ministros.
POLÉMICA EN LAS REDES
A pesar de las medidas anunciadas por el Gobierno y la campaña en los medios estatales sobre los preparativos para el regreso a clases, muchos padres cubanos son reacios a enviar a sus hijos a las escuelas, pese a que en la isla la enseñanza es obligatoria hasta los 14 años.
Como es habitual desde la llegada de la internet móvil al país hace casi dos años, las redes sociales son el principal escenario de la polémica y acumulan comentarios en contra del reinicio presencial del curso en favor de las clases televisadas, al menos hasta que la situación se estabilice.
”La dirección del país debe pensar mejor esta decisión. Los últimos días evidencian que la situación se está saliendo de control en el país. Un evento de transmisión en una escuela sería desastroso”, pidió un usuario en la sección de comentarios de la web estatal Cubadebate.
Otros internautas impulsan la etiqueta #MisHijosSeQuedanEnCasa en Twitter contra una medida que consideran “apresurada” y “precipitada”, aunque es de prever que la gran mayoría de los padres cubanos sí envíen a sus hijos a los colegios.
¿Y LA HABANA?
Durante la primeras quincenas de septiembre La Habana estará bajo las medidas restrictivas más fuertes desde el inicio de la epidemia, incluidos un inédito toque de queda nocturno, la limitación de la circulación de personas y coches y la prohibición de entrada y salida de la ciudad.
Como en el resto de los territorios que no comenzarán las clases presenciales, los alumnos habaneros recibirán las materias por la televisión, que programó clases para todos los niveles, incluidas la educación especial y las escuelas de arte.
La única excepción en la capital serán las guarderías estatales, las únicas que no han cerrado totalmente (aunque sí han reducido su matrícula), ni durante lo peor de la pandemia.
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