América Latina

Canciller asegura que marcha no dañará imagen de Cuba

Cuba desestimó que su imagen sufra debido a la polémica desatada por la negativa de las autoridades para que opositores realicen una marcha el próximo 15 de noviembre

Cuban Foreign Minister Bruno Rodriguez speaks to foreign diplomats in Havana, Cuba, Wednesday, Nov. 10, 2021. The Cuban Foreign Ministry summoned hundreds of foreign diplomats to a meeting and accused the U.S. government of instigating a planned opposition demonstration that local authorities have banned. (AP Photo/Ramon Espinosa)
Cuban Foreign Minister Bruno Rodriguez speaks to foreign diplomats in Havana, Cuba, Wednesday, Nov. 10, 2021. The Cuban Foreign Ministry summoned hundreds of foreign diplomats to a meeting and accused the U.S. government of instigating a planned opposition demonstration that local authorities have banned. (AP Photo/Ramon Espinosa)Ramon EspinosaAgencia AP

(AP). Cuba desestimó que su imagen sufra debido a la polémica desatada por la negativa de las autoridades para que opositores realicen una marcha el próximo 15 de noviembre, que según el gobierno está instigada por Estados Unidos y grupos de interés anticastristas en La Florida.

“La realidad es la que determina la imagen”, dijo en declaraciones a The Associated Press el canciller cubano, Bruno Rodríguez el miércoles, cuando se le preguntó por la protesta organizada por un grupo contestatario y con amplia repercusión mediante plataformas de internet. “Las redes (sociales) son un terreno complicado, donde junto con el conocimiento y la verdad se mueven muchas mentiras, noticias falsas. Estoy seguro de que se va a abrir paso a la verdad”.

Nucleados en la página de Facebook, Archipiélago, los opositores pidieron una autorización para una marcha que fue denegada por el gobierno, pero igualmente insistieron que saldrán a la calle. Los organizadores fueron advertidos por la Fiscalía sobre posibles penas si persisten en manifestarse.

Ese día además coincide con la reapertura de Cuba luego de 20 meses de aislamiento social por la pandemia del nuevo coronavirus y con el 502 aniversario de la fundación de La Habana, por lo que la administración capitalina convocó a fiestas populares.

“Estoy seguro de que no es posible en términos prácticos demonizar a Cuba ni aislarla internacionalmente”, agregó el canciller, para quien en todo caso será el gobierno de Estados Unidos el que tendrá el “descrédito” luego “del fracaso que será evidente de toda esta operación”.

Unos minutos antes de la entrevista con AP, el canciller se reunió con centenares de diplomáticos de los países acreditados en la isla, adelante de los cuales acusó a Estados Unidos de estar detrás de esta manifestación financiándola, orientándola y dándole difusión como parte de su política de sanciones presionando un cambio de modelo político.

“No vamos a permitir de ninguna manera que la agresión permanente de Estados Unidos... de generar condiciones de subversión interna... nos vaya a aguar la fiesta”, dijo Rodríguez ante el cuerpo de representantes gubernamentales en alusión a la reapertura.

El gobierno había anunciado que desde el 15 noviembre permitirá el regreso paulatino de los vuelos comerciales, la presencialidad escolar, la flexibilidad en el transporte y los permisos para que el comercio abra sus puertas sin restricciones, salvo las medidas sanitarias como la utilización de tapabocas.

Los casos de COVID-19 diarios bajaron drásticamente en las últimas semanas gracias a un plan de vacunación masiva con sus antígenos nacionales, lo que daría paso a una “nueva normalidad” que permitiría la actividad económica incluyendo el turismo, vital en este tiempo en el cual la nación caribeña atraviesa su peor crisis en tres décadas.

Entre los diplomáticos que estaban en la sala durante la presentación del canciller no se registraron funcionarios de la sede diplomática de Estados Unidos, abierta desde 2015 pero prácticamente paralizada desde el gobierno de Donald Trump. Tampoco hubo comentarios públicos entre los representantes de otras nacionalidades que asistieron.

Los organizadores de la marcha, especialmente el dramaturgo Yunior García Aguilera rechazaron estar financiados u orientados desde Estados Unidos y sostuvieron que su objetivo es realizar una manifestación pacífica amparados en los derechos de la Constitución con el objetivo de reclamar por el respeto a los derechos humanos y la liberación presos, sobre todo aquellos detenidos en las protestas del 11 y 12 de julio.

Precisamente esta manifestación es una suerte de continuidad de las de julio que sorprendieron al propio gobierno y se realizaron sin una organización clara —nadie solicitó permiso para ellas—. Miles de personas se lanzaron entonces a las calles con demandas tan variadas como el fin de las colas, el desabastecimiento o el hartazgo ante los apagones y hasta con exigencias cambios en el gobierno. Se reportó un número no determinado de arrestos violentos y vandalismo; así como un fallecido.

Rodríguez reiteró ante los diplomáticos que no se permitirá la marcha o que se use a la nueva Constitución para una manifestación que busca destruir a la revolución y a manera de ejemplo indicó que sólo en septiembre organizaciones de Florida que impulsan el activismo en Cuba recibieron seis millones de dólares de la administración federal de Estados Unidos.

En un recuento, el canciller indicó que desde que se anunció la marcha --que originalmente iba a ser el 20 de noviembre-- se produjeron 29 reacciones públicas de voceros oficiales de Estados Unidos en apoyo a la misma.

El mismo miércoles, la Embajada de Estados Unidos en la isla publicó en su cuenta de Twitter un mensaje exhortando al gobierno cubano a “tomar la decisión correcta” y “escuchar a su pueblo mientras marcha pacíficamente para que se escuche su voz”. Y el portavoz del Departamento de Estado de ese país, Ned Price, indicó en la misma red social que los isleños que se manifiestan “muestran determinación, asumiendo grandes riesgos para exigir sus derechos”.

En sus declaraciones a la AP, Rodríguez lamentó que el presidente Joe Biden continúe con las sanciones a Cuba que fueron ya radicalmente endurecidas durante la gestión de su predecesor Trump. “Biden no está haciendo una política propia, yo noto que está aplicando la misma política del presidente Trump y eso es sorprendente”, manifestó el funcionario cubano.