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Ciencia y Tecnología

Muñecas que inspiran a las niñas a programar

Las jornadas de la Fundación Telefónica han pretendido aumentar la implicación de las niñas en la ciencia larazon

Cuando la pequeña Valeria recibió una inusual muñeca con accesorios para construir tirolinas en lugar de vestidos para acicalarla, su padre ignoraba el interés que ese regalo suscitaría en su hija premiada como Niña Inspiradora 2018 por su afición por programar y animar a otras muchas crías a hacerlo.

«Aunque montar tirolinas no es realmente programar, el juguete me hizo ver que las piezas sirven para ello y quise probar», dice en declaraciones a Efefuturo Valeria Corrales, de diez años, y una de las participantes en la jornada «Las Niñas y la Inteligencia Artificial» organizada la pasada semana en Madrid, en el Espacio Fundación Telefónica, por parte de la Fundación Inspiring Girls con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

En el marco de ese evento, una decena de tecnólogas de referencia se entrevistó con alrededor de ochenta alumnas de secundaria además de la pequeña Valeria para insistirles en el papel clave que debe tener la mujer para el futuro tecnológico frente a la actual brecha de género en ese ámbito en donde solo una alumna por cada cuatro varones cursa carreras técnicas mientras que en disciplinas como la informática la cifra cae al nivel de una mujer por cada diez hombres.

Quien quiere y sigue sus sueños puede lograrlos más allá de ser hombre o mujer, coincidieron en sus discursos las tecnólogas; por su parte, la directora general de Twitter para España, Nathalie Picquot, aprovechó para desvelar a las niñas las tres «ces» del éxito profesional: trabajar con el «corazón», «creer» en lo que se haga y realizarlo siempre bajo la motivación de la «curiosidad».

«Programar es muy divertido. Hay que probarlo», insiste a Efefuturo la pequeña Valeria Corrales, merecedora del galardón Niña Inspiradora 2018 en los Premios Inspiring Girls que recibió en recientemente por su afición por la programación y su compromiso para animar a otras niñas a hacerlo desde diversos eventos y redes sociales.

Esta pequeña programadora, que tiene ya muy claro que quiere ser ingeniera, comparte sus proyectos tecnológicos en el canal ValPat STEAM en la plataforma YouTube lanzado en diciembre, que cuenta ya con más de 700 seguidores, en donde explica cómo montar juguetes electrónicos o sencillos sistemas de comunicación, con unos vídeos realizados junto a su profesora de robótica, Patricia Heredia,

Desde este canal, cuyo nombre se corresponde con las iniciales de Valeria y Patricia, junto con las disciplinas ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas, en sus versiones en inglés, «intentamos que las niñas vean que la tecnología no se refiere solo a robots en fábricas de automóviles o empresas de energía muy grandes, sino también a cosas creativas o sociales», explica por su parte a EFEfuturo la ingeniera Patricia Heredia.

Entre otros proyectos, juntas han creado un contador de suscriptores de YouTube a partir de una especie de marco de fotografías con una pantalla de luces que es como un despertador digital con una placa con wifi que conecta al canal y refresca cada minuto el número de suscriptores.

También, un muñeco de cartón conectado a una placa para enviar mensajes visuales de una placa a otra. «Así, cuando Valeria está concentrada con los cascos, y la quiero llamar el sistema le envía un mensaje y se le mueve un muñeco», explica su profesora.

Otro de sus vídeos ayuda a hacer juguetes con piezas, como es el caso de un lanzador de aviones de papel. «En vez de lanzarlos a mano, se monta un robot con ruedas y sensores» y al apretar un mando la nave vuela, añade Heredia.

«Son muchas las tecnologías que me llaman la atención», asegura Valeria Corrales. Por ejemplo, las gafas de realidad virtual para ver en tres dimensiones, los teléfonos móviles que se conectan sin cables o los correos electrónicos y WhatsApp, que envían mensajes instantáneos.

Cuando «sea mayor, la tecnología será muy avanzada, y entonces podré hacer muchas más cosas», asegura emocionada esta inusual niña que desde hace tres años acude a clases de robótica cada día en su ciudad, en Huesca, una actividad que la cría compagina con otras aficiones más allá de la programación, como jugar al tenis.EFE

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