Política

La fiera populista

El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre
El consejero de Salud y Familias, Jesús AguirrelarazonManuel Olmedo

Como a los árbitros desde los primeros setenta, para que nadie confundiese una crítica a Franco Martínez con una falta de respeto hacia Franco Bahamonde, al fulminado gerente del SAS se guardan todos de mentarlo con segundo apellido adosado. A Moreno Verdugo, Miguel, lo ha tumbado una protesta mañanera de domingo otoñal y nadie debe ver el preludio de la caída de Moreno Bonilla, Juanma, que aquí las plumas viperinas te hacen en un santiamén una analogía a medida. No iremos por ahí porque el caso merece atención en sí mismo, pues ni más ni menos ha ocurrido que el consejero de Salud, Jesús Aguirre, ha tomado una decisión impelido por el populismo que tanto sirvió a los intereses del PP durante su oposición al régimen juntero (en buena hora demolido). «Mister Bolondrón», personaje de prosodia admirable e ideas rotundas, es prisionero de aquellas movilizaciones, las de «Spiriman» en primer lugar pero también las de buena parte de la comunidad sanitaria, que tanto socavaron el Gobierno de Susana Díaz. En aras del bien mayor, el desalojo de los socialistas del poder, los populares allegaban argumentos de aluvión, sin espigar los legítimos entre un océano de demagogia, dando por sentado que cualquier ciudadano que se echaba a la calle ataviado con una bata blanca estaba cargado de razón. Pues ahora toca aguantar desde el despacho a quienes fueron jaleados cuando mandaban otros, y ahí han tenido que servirle a la plebe, en bandeja de plata, la cabeza de Moreno Verdugo cortada por el ídem que le dio el cargo hace diez meses. Los responsables políticos deben esforzarse en satisfacer a su público, sobre todo cuando están recién aupados. Pero a medida que avance la legislatura, les va a ir conviniendo separarse de su antigua «force de frappe». Para que la revolución no devore a sus hijos.