Andalucía
El ex presidente de la SEPI no recuerda si hizo una polémica llamada ligada a la concesión de la mina de Aznalcóllar
Fernández declara como investigado y reconoce una visita a horas intempestivas a las oficinas de la denunciante, aunque lo califica de normal, y recuerda los problemas financieros de Emerita
Los clarooscuros que rodean la adjudicación de la mina de Aznalcóllar por parte de la Junta a Minorbis/Grupo México le costaron el puesto. Dentro de los márgenes de la causa judicial que la investiga, estaba citado ayer el ex presidente de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) Vicente Fernández. La instructora del caso, Patricia Fernández, quería que aclarara, entre otros puntos, un episodio en el que uno de los dueños de Magtel, otra tercera empresa que tiene como filial a Minorbis, aseguró en una reunión con miembros de Emerita –la denunciante– que tenía «la llave del concurso» y anunció una llamada del ex presidente de la SEPI que se produjo; si lo habían ascendido a «modo de recompensa por posibles actos ilícitos»; o si había acudido a las oficinas de Emerita un domingo por la noche. Quería saber y por eso le interrogó, no así la Fiscalía que no formuló ni una cuestión.
En relación a la llamada de teléfono, se evidenció que la memoria del investigado también tiene clarooscuros. Fuentes del caso trasladaron a LA RAZÓN que tras un primera pregunta de la jueza sobre esa conversación telefónica aseveró que en aquellos momentos «hacían una labor de difusión del concurso» porque querían que participaran muchas entidades y que «pudo» hacer esa llamada como otras. De hecho, antes había manifestado que muchos empresarios tenían su móvil y su email. La magistrada insistió. ¿Fue una casualidad que aquella tarde llamara a la sede de Emerita? ¿Le indicó alguien antes que lo hiciera? Las fuentes consultadas anotaron que entonces mantuvo que, si llamó, no lo hizo para indicar a nadie que se presentara al concurso con una u otra sociedad, porque eso «sería algo impropio». Si bien, más tarde, uno de los abogados del caso volvió a sacar el tema para que concretara si había hecho o no la llamada y aseguró que «no podía recordarlo» ni tampoco «podía negarlo» porque sucedió hace mucho. En cuanto a la visita a horas intempestivas de un domingo a las instalaciones de Emerita, otras fuentes afirmaron que «la reconoció», aunque dijo que fue «a petición de Joaquín Merino», presidente de Emerita, punto que éste niega, y que era «algo habitual» que «cuando había mucho trabajo se reunieran con empresas que iban a concursar o colaboradoras a cualquier hora del día», de acuerdo a lo relatado por fuentes presentes en la declaración, que no lo consideran «creíble». Fernández relató que pasó de ser secretario general de Innovación a interventor general de la Junta y luego a presidir la SEPI, aunque desvinculó esos ascensos con lo sucedido en torno al yacimiento minero. Reconoció, además, la existencia de un correo electrónico donde presuntamente «le pedían que intermediara para cambiar unas ordenanzas municipales», pero para garantizar que estaba sacado de contexto. Admitió haber escrito a Merino y algún email a altas horas de la noche porque, con una «crisis galopante», se organizaba como podía. Lo que negó es que coincidiera con nadie de Magtel en Brasil y defendió que Emerita tenía poca solvencia y estaba en causa de disolución. Citó como ejemplo de las dificultades financieras por las que atravesaba la mercantil el retraso en la reapertura de la mina de zinc de Reocín, en Cantabria.
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