Andalucía

FLA retroactivo

Montero cierra campaña en Sevilla
La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, durante su intervención en el mitin de cierre de la campaña electoral de las elecciones del 10 de noviembre, en Sevilla. / Foto: EfePEPO HERRERAEFE

Mediante el mecanismo del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) el Gobierno en funciones interviene las cuentas de la Junta de Andalucía. Sánchez lo llama «tutela». Ambos partidos se enfrentan a muerte cuando no coinciden sus gobiernos. En este sur gobierna el enemigo. Bloquear donde más duele. Salir a los mercados financieros, recortar el presupuesto nuevo, en una trinchera insalvable para lograr las reformas que el PP-Cs, apoyados por VOX, ha planteado en su Parlamento. Una intervención de hecho. Han escarbado en La Moncloa hasta el ejercicio andaluz de 2018, cuando aún mandaba en las cuentas andaluzas la actual ministra de Hacienda, en aquel momento, consejera de esa misma cartera. El incumplimiento que ahora achacan a la Junta, fue el de doña María Jesús Montero, encargada hoy de aplicar tal sanción a sus oponentes políticos. Tal herencia sale cara y se cobra en frío, como las venganzas. Saltarse la normalidad institucional es el regalo navideño que reciben por sorpresa los andaluces. Parece norma que el Gobierno de Sánchez, tan provisional como sorpresivo, mezcle sus funciones de Estado con las partidistas. La dictadura perfecta, que inventó el PRI mexicano, esto. El camino más directo es estrangular las finanzas autonómicas para que los programas se ralenticen o nunca puedan realizarse. Lo que se pone en juego son recortes en Sanidad y Educación. Territorios frágiles, donde se podrá atacar como el de las promesas incumplidas. El horizonte es electoral siempre. El juego de trileros, todo por un puñado de votos, es la verdadera norma del retozo político. La trampa financiera acaba de cerrarse. Pagar por las cuentas del pasado. La argucia legal, un recoveco plagado de trampas, aleja al Gobierno andaluz de gestionar préstamos por casi 2.000 millones. Los presupuestos 2020, recientemente aprobados en el Parlamento comunitario, se diluyen ante el embate del Gobierno en funciones del PSOE sanchista. Como ya dijimos aquí, el «Gobierno Drácula», como lo denomina Moreno, va a chupar sangre sureña. Al parecer sus colmillos han dado el primer mordisco. La historia se repite. Con los gobiernos del PP, el PSOE-A les restregaba los pagos que le debían. Ahora se vuelven las tornas. Mientras, las negociaciones para salir de la provisionalidad, continúan con los partidos que, desde Cataluña y País Vasco, quieren salirse de España. Andalucía es, seguramente, la única región española que no se apropia la pretensión de ser una nación, dentro de una «nación de naciones». El acoso acaba de empezar. La Junta valora esta decisión gubernamental como «muy grave». No sólo para la credibilidad financiera de Andalucía, sino de toda España. Le recuerda a Montero que ella no dejó cerrado el presupuesto de 2019, que tuvieron que empezar a gobernar con los heredados de 2018, prorrogados; de allí el incumplimiento de los objetivos de déficit, deuda y gastos. Un galimatías cuyo desenredo puede prolongarse con una Comunidad Autónoma difícil de gobernar. Al final, lo saben bien los socialistas andaluces que gobiernan desde Madrid, sin dinero no hay paraíso. Andalucía espera.