Andalucía
Susana Díaz: una aspirante a candidata con «déficits difícilmente superables»
La líder del PSOE-A se descarta como ministra al buscar recuperar la Junta, pero ya no controla a toda la formación. Críticos sevillanos avanzan en un documento en el que abogan por un proyecto alternativo
La historia registrada estos días con declaraciones resonantes en torno a la investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España ha dado para multitud de imágenes e interpretaciones. Entre ellas se ha colado la fotografía de la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, junto al catalán Miquel Iceta y al asturiano Adrián Barbón en una de las sesiones del debate celebrado en el Congreso de los Diputados, traducida por algunos como el intento de la también ex presidenta del Gobierno autonómico de amarrar un ministerio. Pero no era ésa la intención de Díaz ocupando aquel espacio.
Fuentes del partido aseguran a LA RAZÓN que la socialista «se empeña en seguir liderando el PSOE-A» y en «optar a ser candidata» de nuevo a la Presidencia de la Junta en las próximas elecciones regionales que, si nada hace temblar los cimientos del actual Ejecutivo andaluz de coalición entre PP y Ciudadanos, tocan en 2022. De hecho, ella misma descartó ayer desde Granada la posibilidad de pasar a engrosar el amplio Gobierno central. «Mi compromiso es con Andalucía, que es mi ilusión y mi pasión y Pedro lo sabe. Tengo todo su apoyo y su cariño para hacer lo que quiero hacer» que es, afirmó, «trabajar» por su «tierra», según recogieron las agencias.
La ex presidenta pretende que la comunidad recupere la senda de avance en derechos y en crecimiento económico que, a su juicio, se abandonó en 2018, año en el que lo que es seguro es que ella dejó los salones del palacio sevillano de San Telmo, sede de la Presidencia, a los que ansía regresar.
Distintas fuentes consultadas coinciden en que las probabilidades de que Díaz se convirtiera en ministra eran «de un 0 por ciento». «Y no sólo por su historial con Sánchez –al que intentó en vano disputarle el liderazgo nacional del partido–», se explican, «también por el que tiene con el socio de gobierno, Unidas Podemos, y con el que será vicepresidente del Ejecutivo estatal, Pablo Iglesias».
En ese punto, recuerdan que en redes sociales circulan las últimas semanas «vídeos en los que despotrica contra Podemos o acusa a Iglesias de estar comprometido con los independentistas».
En cualquier caso, insisten en que el propósito de la aún máxima dirigente del PSOE andaluz no pasa ahora por irse a Madrid, como sí fue su objetivo hace unos años, sino por repetir como cabeza de cartel en los comicios autonómicos siguientes. Para lograrlo tendrá que ganar antes unas primarias sin la armadura de un «aparato» engrasado gracias al poder que otorga el manejo de cargos y fondos públicos. «De todos es conocido», lanzan fuentes de la formación, «que ya no tiene el control sobre las direcciones provinciales y cuadros del partido y que su derrota en primarias federales –en las que se enfrentó a cara de perro a Sánchez– y su resultado en las últimas andaluzas le hacen tener unos déficits difícilmente superables». Dicho de otro modo, que no tendrá fácil volver a ser la candidata del PSOE-A y podría chocarse de bruces con una realidad: haber perdido las dos opciones.
Una oposición sin pulso
Entre los que ha defraudado se encuentra un grupo de socialistas de Sevilla que ha emprendido una doble batalla. Trabajan desde hace más de un año en articular «un nuevo proyecto alternativo a la actual dirección provincial» y apuestan por «un PSOE-A renovado». Buscan dejar atrás el «liderazgo casi inexistente de la actual secretaria general» territorial, quien «no da respuestas a una provincia donde prácticamente cada mes dimite algún secretario general de agrupación local», al limitarse a «secundar las acciones de su homóloga regional, más ocupada en mantener su cargo que en hacer una verdadera oposición».
En ese escenario, han dado un paso más y recogen aportaciones de las distintas comarcas sevillanas a «un documento base», que se ajusta a «las resoluciones del 39°Congreso» y en cuya elaboración han participado «decenas de militantes»; mientras, en paralelo, siguen con «los contactos con compañeros de otras provincias». Este grupo lamenta la «falta de resultados» logrados como oposición que muestran las encuestas, pese a que «el Gobierno andaluz da motivos sobrados» para poner el foco como «el estado lamentable de los servicios públicos sanitarios o educativos». Se han propuesto «confluir con el mayor número de militantes posible para, de cara a los próximos congresos» que esperan «sean más pronto que tarde», impulsar «un PSOE-A que aspire a gobernar con otra manera de hacer y sentir la política, con pulso en la oposición hasta recuperar» la Junta.
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