Tribunales
Los acusados de encerrar a su hermano esquizofrénico en “un palomar” niegan que lo maltrataran
Los familiares que vivían con la víctima, para los que la Fiscalía pide 16 años de prisión, han declarado que el hombre “estaba como una cabra” pero que llevaba una vida normal “dentro de sus posibilidades”
Los acusados de mantener encerrado en su vivienda a su hermano discapacitado y diagnosticado de esquizofrenia al menos durante cinco años, un hombre que contaba con 59 años de edad cuando se produjeron los hechos en diciembre de 2015 y que se encontraba en la parte superior de una casa de Dos Hermanas (Sevilla), una especie de palomar, “en deplorable estado de salud, desnudo y sin las más mínimas condiciones higiénicosanitarias”, han declarado este martes ante el juez que su hermano “estaba como una cabra” pero han negado haberlo maltratado, ya que llevaban “una vida normal dentro de sus posibilidades”.
Durante su declaración ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla, el primer acusado, para el que la Fiscalía pide 16 años de prisión al igual que para su hermana por los delitos contra la integridad moral, de detención ilegal y de apropiación indebida, ha explicado que la habitación en la que dormía su hermano “no era un palomar, sino que era un cuarto” porque en la planta baja “ya no se podía quedar porque empezaba a chillar y había un olor que no lo aguantaba nadie”.
“Yo no lo lavaba porque él no se dejaba, me decía que se lavaba él pero era mentira y a mí no me hacía ningún caso”, ha señalado en el juicio, no obstante ha precisado que su hermano “podía andar por donde quisiese dentro de la casa”, cuyo candado de fuera solo cerraba “cuando salía”, así como que él le llevaba el desayuno con las pastillas que tomaba pero a comer y cenar bajaba él, negando que hubiera más puertas cerradas con candados y con traviesas.
Sobre el dinero de la pensión, ha señalado que él se la administraba y que su hermana, que a veces sacaba el dinero, “nunca cogió ni un céntimo”, así como que él “se gastaba un dineral en comida porque solo quería comer cosas buenas y en tabaco porque fumaba mucho”, aunque ha reconocido que la casa se mantenía con las pensiones de orfandad y de incapacidad de la víctima tras retirarle la Administración la suya al superar la cantidad estipulada para el núcleo familiar.
Por tanto, ha reconocido que era su hermano quien mantenía la casa y corría con todos los gastos y que en aquella época tenía “muchos problemas” con la bebida, así como que “no tiene muchas luces” refiriéndose a sus limitaciones intelectuales.
En cuanto a la situación en el que fue hallado por la Policía cuando dos agentes lo acompañaron a su casa por su estado de embriaguez, desnudo y extremadamente delgado y con sus necesidades hechas en un cubo, ha justificado estas circunstancias porque "se quitó la ropa cuando escuchó" a los agentes ya que "no querían que se lo llevaran".
Por su parte, la hermana ha corroborado que la víctima "dormía en el sofá", pero "como ve estrellas y planetas y esas cosas que tiene en la cabeza" fue trasladado a la otra habitación arriba, que "no es un palomar porque nunca ha habido palomas".
Esta mujer, que vivía en una casa ubicada a tres calles de distancia, ha reconocido que "hacía mucho tiempo que no subía" a esa habitación por problemas en la espalda pero que tenía constancia de que su hermano, el otro acusado, era "capaz" de cuidarlo.
Esta acusada ha asegurado que su hermano discapacitado "hacía una vida normal dentro de sus posibilidades" y que "salía a la calle" cada vez que ella le daba "dinero para tabaco" pero que dejó de hacerlo tras un incidente que, según ella, tuvo con la Policía Local en 2010, así como que "hacía uno o dos años que no lo veía ningún médico".
Rechazada la nulidad
La defensa del hermano de la víctima ha pedido al comienzo del juicio la nulidad del registro efectuado por la Policía a la casa al considerarlo "nulo de pleno derecho" por el estado de embriaguez en el que se encontraba su cliente y ha pedido la aplicación del criterio del árbol envenenado, cuestión que ha rechazado el juez al entender que la actuación de los agentes "es legítima" al interesarse por saber quién estaba detrás de la puerta cerrada con un candado tras decirle el acusado que allí se encontraba su hermano enfermo.
La víctima actualmente está bajo la tutela de la Fundación TAU, cuenta con antecedentes psiquiátricos desde la infancia, con el reconocimiento desde el año 1998 del 70 por ciento de discapacidad física y psíquica y en 2004 fue declarado incapaz por el Juzgado Mixto de Dos Hermanas sin que llegase a efectuar el nombramiento de un tutor.
Además en los sistemas informáticos del Servicio Andaluz de Salud no consta que este hombre hubiera sido valorado por ningún médico desde 1996, tiempo en el que los hermanos le suministraron siempre la misma mediación actualmente en desuso.
Por su parte, Plena inclusión Andalucía, organización mayoritaria en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad intelectual en la comunidad, ha intervenido como acusación popular en el citado juicio y su abogado, Torcuato Recover, ha señalado en declaraciones a los periodistas que durante el tiempo que supuestamente ha estado encerrado ninguna administración "de las que tienen que intervenir por las personas con discapacidad actúa, ni los servicios sociales de la localidad intervienen, que tendrían que conocer que esta persona discapacitada" estaba en esta situación.
A su vez, ha subrayado que “los servicios sanitarios estuvieron prescribiendo medicamentos durante cinco años sin que ningún médico viera a este hombre, que podría haber detectado su situación física y haber intervenido”.
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