Andalucía
Sumisión
Zoubida Boughaba es una escritora rifeña, laica y feminista que se ha posicionado contra el recato indumentario que el Islam impone a las mujeres. La vida no le era sencilla en su Marruecos natal y, tras nacionalizarse española, trabaja en Granada para Cruz Roja, pero no ha cejado su empeño como literata ni como activista. La Consejería de Educación y Cultura de Melilla la invitó a pronunciar una conferencia que hubo de suspender porque diversas asociaciones mahometanas de la ciudad autónoma la declararon persona non grata y anunciaron su intención de boicotear el acto. Los musulmanes melillenses están agrupados políticamente en la formación Coalición por Melilla, socio mayoritario del tripartito que gobierna la plaza, aunque la competencia cultural recae en Elena Fernández Treviño (PSOE), que se ha tragado el sapo cocinado a las finas hierbas. Sus compañeros de gabinete consideran «una flagrante humillación» que hable en público una señora cuyos mayores pecados son llevar el pelo suelto o reivindicar el derecho a tener un novio que no sea musulmán y la consejera considera «sano el debate» en el seno de un ejecutivo «en el que coexisten distintas formas de pensar y puntos de vista». Se conoce que, a la postre, ganaron el debate quienes opinan que lo verdaderamente sano es que las mujeres estén calladitas. «Sumisión» es una (cada vez menos) distopía en la que Michel Houellebecq calculaba que la imposición de la sharia en la República Francesa tendría lugar en 2022, al conformarse una coalición de socialistas e islamistas moderados, ejem, si es que tal cosa no es una criatura mitológica como el unicornio. A ver si va a resultar que Eduardo de Castro, el ciudadano más listo de todos los tiempos, es el tonto útil que todo aspirante a autócrata carga a modo de coartada en las primeras etapas del viaje.
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