Andalucía

Un lustro sin obras hidráulicas en la región

Feragua exige a las administraciones que acometan proyectos pendientes como la presa de la Cerrada de la Puerta, en Jaén, o el desdoble del túnel de San Silvestre, en Huelva, para paliar los efectos de un clima extremo

Embalse y presa del río Agrio, con actuaciones pendientes desde hace años
Embalse y presa del río Agrio, con actuaciones pendientes desde hace añoslarazonEp

Uno de los signos más evidentes del cambio climático es la sucesión de intensos periodos de sequía y episodios de lluvias torrenciales que no sólo dan al traste con los cultivos, sino que provocan daños en infraestructuras y viviendas. El agua es un recurso fundamental para el ser humano y su gestión está vinculada al desarrollo económico. Por ello, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) pone el acento en la necesidad de acometer obras hidráulicas de regulación, paralizadas desde hace casi un lustro en Andalucía, y que vendrían a paliar los efectos de un clima cada vez más extremo.

Según asegura a LA RAZÓN Pedro Parias, secretario general de Feragua, las administraciones central y autonómica «mantienen en los cajones» proyectos estratégicos como la presa de la Cerrada de la Puerta, en Jaén, actuaciones en la del río Agrio, Guadalmedina o San Calixto, los trabajos necesarios para el trasvase del Condado o el desdoble del túnel de San Silvestre, en Huelva. «Son proyectos que se deberían acometer con urgencia», subraya Parias, quien insiste en que las administraciones, «si tuvieran voluntad política, podrían ponerse de acuerdo porque existen convenios y otras figuras para hacer las obras».

La crisis bloqueó muchas iniciativas en este ámbito, pero ahora, cuando la economía parece levantar cabeza poco a poco, «se debe invertir en proyectos hidráulicos, igual que se están poniendo recursos en la depuración de aguas residuales urbanas o en la construcción de nuevas líneas de AVE». Parias recuerda que la Junta lleva 15 años gestionando la cuenca litoral andaluza y que los anteriores gobiernos socialistas no se tomaron en serio estas obras. El Ejecutivo de PP y Ciudadanos tiene ante sí el desafío de retomarlas. En el ámbito autonómico se habla del Pacto Andaluz por el Agua y el Ministerio para la Transición Ecológica puso sobre la mesa la necesidad de abordar la redacción del Libro Verde de la Gobernanza del Agua en España. «Para no invertir las administraciones se escudan en estos planes y la realidad es que, como venga un periodo realmente seco, vamos a tener graves daños en la economía de la región, con efectos en el empleo y la generación de riqueza».

Feragua también reclama, en el ámbito administrativo, que se agilicen las concesiones para que las comunidades de regantes tengan «seguridad jurídica». La Junta gestiona la zona del litoral y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), dependiente del Estado, las explotaciones del interior. «Hay concesiones que se llevan tramitando dos, tres y cuatro años y siguen sin resolverse», denuncia Parias.

La utilización de aguas regeneradas se ha convertido en un recurso útil ante el riesgo de sequía. Feragua cambió sus estatutos recientemente para dar cobertura a las comunidades de regantes que apuestan por esta iniciativa, cada vez más extendida. A juicio del secretario general de Feragua, se trata de recursos «adicionales» a los existentes que pueden resolver problemas «parcialmente». Cada vez tienen más potencial en la costa y menos en el interior, en la cuenca del Guadalquivir. Parias recuerda que la CHG ha hecho una asignación de aguas regeneradas de 20 hectómetros y hay una veintena de comunidades que se han constituido para tramitar su aprovechamiento. «El agua fija la población y esta modalidad se utiliza en zonas donde se puede sujetar la población y generar riqueza en el ámbito rural».

Preocupa el déficit hídrico

Otro de los problemas a los que se enfrentan los regantes es el déficit hídrico. Septiembre, octubre y noviembre fueron muy secos y las lluvias de diciembre aliviaron la situación. Sin embargo, Parias asegura que «los acuíferos siguen muy bajos porque llevamos tres años secos». ¿Hay motivos para la preocupación? Feragua cree que sí porque «no hay una dotación de agua garantizada».