Andalucía
Susana Díaz elude la autocrítica y reclama por carta «unidad» a la militancia, mientras los críticos de Sevilla presentan su documento
Frente a las voces que piden renovación, la socialista arremete contra «la derecha inhumana» y pide un «esfuerzo» para recuperar el palacio de San Telmo
Empezó un tiempo diferente en Andalucía hace un año cuando una alianza entre PP y Ciudadanos, sostenida en la fuerza de Vox en el Parlamento andaluz, permitió que el popular Juanma Moreno sustituyera a Susana Díaz a las riendas del palacio de San Telmo, sede de la Presidencia del Gobierno autonómico. Fue una pérdida de poder difícil de digerir para los socialistas andaluces y las grietas, abiertas ya por disputas orgánicas entre los partidarios de Díaz y los afines al presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, y por algunos casos judiciales de corrupción, se han acrecentado desde entonces en el suelo de la formación. Ayer la ex presidenta de la Junta mandó una carta a los más de 44.000 militantes que aún conserva la federación regional, la más nutrida del PSOE, en la que no hacía referencia a crisis interna alguna, pese a que el envío llegaba después de tres dimisiones en la Ejecutiva de Sevilla, de la puesta en circulación de un documento en el que se aboga por un nuevo proyecto capitaneado por otros rostros, y de ecos de movimientos de críticos en más provincias.
Lo que sí hace la socialista, que pretende volver a ser la candidata del PSOE-A en las próximas elecciones andaluzas, es demandar unidad en la misiva que encabeza con un «querido compañero, querida compañera:». Arranca así y concluye con una demanda precisa: les pide que pongan toda su «fuerza», «unidos», al servicio de unos andaluces que, según ella, los «necesitan más que nunca» para que las derechas «no campen a sus anchas sobre» los derechos de los ciudadanos. «Estoy convencida –hilvana– de que ése es el camino para volver al Gobierno de la Junta de Andalucía y abrir un nuevo tiempo de progreso también en nuestra tierra. Todos y todas juntos lo haremos posible», asevera. En medio, Díaz se esfuerza en transmitir que el cambio en el Ejecutivo regional ha sido «a peor» para «el empleo, la economía, la sanidad, la educación» y en materia social. Agita fantasmas como el de la privatización de los servicios públicos y responsabiliza a la coalición de PP y Ciudadanos de estar ejecutando «una estrategia clara de desmantelamiento del Estado de Bienestar Social». «Estamos ante la misma derecha de siempre, la más retrógrada de Europa», lanza para encadenar: «La derecha inhumana que cuestiona la igualdad de las mujeres y que blanquea la violencia machista», la «insensible que baja masivamente los impuestos a los que más tienen, mientras recorta en la sanidad y la educación pública que garantizan la igualdad de oportunidades de todos», recalca. Y no se para ahí. Acusa al Gobierno «sin escrúpulos» que preside Moreno de haber «convertido los consejos de Gobierno de la Junta en una fábrica de mentiras y de montajes», así como de usarlos para «generar enfrentamiento y crispación». «Ni una sola ley han aprobado en un año de gobierno», critica. «Son especialistas en política basura», proclama.
¿Hay en la misiva algún atisbo de autocrítica por su labor de oposición? Ni rastro. Pero reclama «fuerza» a los militantes para «ser el muro de contención que frene las políticas antisociales» de «las derechas» y para «defender la potente agenda social que el Gobierno de España, con Pedro Sánchez como presidente, va a poner en marcha». Su actitud con el líder del PSOE ha dado un giro radical desde que perdiera de forma estrepitosa en las primarias en las que le disputó la Secretaría General del partido. Un viraje que se acentuó luego cuando la desalojaron de San Telmo.
Al margen de Díaz, el sector crítico del PSOE de Sevilla que apuesta por un cambio en la formación, en el que están incluidos los tres miembros de la Ejecutiva Provincial dimitidos esta semana, Jerónimo Guerrero, Manuel Domínguez y Carmelo Cubero; arrancaron ayer en El Viso del Alcor ante un centenar de personas su ronda de presentación del documento en el que sientan las bases de la hoja de ruta que plantean y cuyo contenido adelantó LA RAZÓN. En él piden a la militancia un «esfuerzo sin desmayo» para la «renovación del proyecto y de los liderazgos» en los próximos procesos congresuales aún sin fecha.
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