Andalucía
Digestif
Lunes
Se avecina una larga y pesada digestión a cuenta del pastel del Pin parental. De nuevo todos usan la misma receta para la tarta: un cuarto de libertad de pensamiento, harina de tolerancia, huevos de moral y guindas en almíbar de autonomía de docentes y padres. Pero el resultado no puede ser más diferente. La cosa es que desde la cocina dicen que lo están preparando, eso afirma Vox que le ha dicho el chef, pero el camarero insiste en que no queda. La cohesión está garantizada para casi todo pero a veces cuando uno le da un mordisco a una hamburguesa se queda solo con el pan en la mano y el filete y todo lo demás se resbala y cae al plato.
Martes
Surtido de dimisiones al mojo picón y verde. Se han levantado vientos de cambio, que dirían los Scorpions, en el PSOE-A. En algún momento iba a ocurrir y el primer chupito se lo han tomado los cuatro jinetes del apocalipsoe sevillanos. Mientras desde Ferraz, o Moncloa lo mismo da, observan con una sonrisilla maliciosa y retrasan los congresos para que el aceite se caliente bien. Y en Vox esa solidez, disciplina y unidad férrea se resquebrajan con una parlamentaria que vuela libre por el limbo de la no adscripción. Su portavoz dice que tampoco valía mucho, en este caso parece verdad si nos acordamos de la rueda de prensa de la dimitida a cuenta de la brecha salarial. Manejar un nuevo partido que crece tanto en tan poco tiempo es complicado, como cuando te vienes arriba e invitas a comer a un montón de gente a casa y te queda todo frío menos el champán.
Miércoles
Qué bien sienta un buen trago de turismo fresquito en Madrid, datos históricos una vez más. Es nuestra industria, nuestra fuente de empleo y nuestro orgullo aunque a veces parezca que nuestras ciudades son un decorado y sus habitantes actores interpretando una obra para visitantes que buscan paella precocinada lo mismo a las 11:00 que a las 17:00. Si uno quiere andar rápido por la sevillana Avenida de la Constitución a veces es mejor sacar un plano y seguir a uno de esos guías que van con un paraguas en la mano, en Cádiz hay más tráfico en agosto que un lunes de lluvia en NY y cualquier día ponen un puesto de perritos calientes, con salmorejo en vez de ketchup, dentro de la Catedral de Córdoba. Que sí, que es riqueza y que hay que apostar por ello pero ojú cómo cansa sentir que todo está hecho para el turista.
Jueves
Los socialistas disidentes deciden usar el mismo título que uso yo en mis crisis existenciales después de un largo domingo de ver la tele: «tengo que hacer más cosas». Critican el alejamiento de la militancia, de la sociedad, falta sal, y piden más combatividad, ahí va la pimienta. De nuevo palabras gruesas en política, de nuevo lenguaje bélico. Da igual derechas o izquierdas, lo importante en política y en la vida es tener principios y valores pero hoy en día se lleva más lo de tener ideología, con todo lo que ello conlleva, para mal, claro. Mientras, desde arriba llega una carta que comienza hablando de victorias (¿?) y pide unidad ante la amenaza de la malvada derecha. No sé si alguien está leyendo pero suena a miedo ante la posibilidad de que en tres años nadie se acuerde ya de los 37 de gobiernos socialistas en la Junta.
Viernes
Sopresa o no tanta. El pastel del lunes del Pin Parental sigue ahí sin tocar y empieza a oler. Tanto que el tercer comensal se ha empeñado en pedir un vino caro con la izquierda y que lo traigan los consejeros de Educación e Igualdad que son precisamente los que no beben. Pues eso que la comida va a ser muy larga y con muchos platos así que definitivamente hay que pedir lo que en los restaurantes de alto copete llaman digestifs para pasar todo los platos que están por llegar. Vamos, un anís o un licor de guindas de toda la vida.
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