Cine

Cine

Dolor y gloria

Spanish Film Academy's Goya Awards ceremony in Malaga
El malagueño Antonio Banderas se coronó como mejor actor por su interpretación en la última película de AlmodóvarJON NAZCAReuters

Por segundo año consecutivo, la gala de los Goya visitó Andalucía en lo que tal vez suponga un reconocimiento a la eclosión del cine andaluz –como industria regional, con sello y voz propios, no aquel folklorismo antañón producido al norte de Despeñaperros– o tal vez sea otra muestra de la sana competencia que mantienen dos excelentes alcaldes, el popular De la Torre y el socialista Espadas, por convertir a sus ciudades en el polo cultural del Sur. Más allá de miserias partidistas, la alianza estratégica de Málaga y Sevilla en materia de turismo prevé también esta suerte de rivalidad subsidiaria, sabiamente manejada por los ediles y sus equipos: lo que no se lleva una, se la lleva la otra… y todo queda en casa. (Que la película «Dolor y gloria» haya sido la gran ganadora justo en la semana en la que el temporal Gloria ha causado tanto dolor en la provincia no parece sino un giro agarrado por los pelos de un guionista malo y previsible). Seis años después de recibir su primer Goya, que fue honorífico, Antonio Banderas se coronó en su casa. Interpretaba a Pedro Almodóvar, también en el sentido de que la película es bastante autobiográfica, y su papel, excelso, mereció el galardón que no logró con «Matador» ni con «¡Átame!» ni con «La piel que habito». Su nominación a los Globos de Oro y a los Oscar lo consagra como, tópicos aparte, el malagueño más universal desde Pablo Ruiz Picasso, al que también encarnó recientemente en una teleserie. Es lógico que un actorazo de este calibre tenga tablas, las que demostró cuando le quisieron sacar el titular de la «cultura antifascista» con una pregunta capciosa y respondió sin pestañear que «los extremos se tocan». Bien lo sabe él, que se entretuvo en debelar «a todas las ideologías que agreden» a la salud de esos izquierdistas a la violeta que intentan boicotear cada proyecto que emprende en su tierra. Vaya crack. A éste no lo pescan de abajofirmante de la progrez ni harto de espetos.