Literatura

Con letras doradas

Portada del libro "La maniobra de la tortuga", de Benito Olmo
Portada del libro "La maniobra de la tortuga", de Benito OlmolarazonLa Razón

Hace poco se supo del apoyo de TVE a la película del jerezano Juan Miguel del Castillo, «La maniobra de la tortuga», basada en la estupenda novela de Benito Olmo. La historia se desarrolla en su ciudad, Cádiz, y tiene un personaje central que ha venido para quedarse, Manuel Bianquetti, inspector de policía de rudos modales y obsesionado con descubrir la verdad, pese a quien pese. Por fortuna hay una segunda entrega, «La tragedia del girasol», cuya trama está tan bien construida como la primera y en la que vuelve a aflorar la preocupación del autor por el maltrato a la mujer.

Con «Progenie», la extremeña, aunque nacida en Sevilla, Susana Martín Gijón inicia una saga con la inspectora Camino Vargas como protagonista. En este caso recurre a su ciudad natal, a la que regresa cada verano, para situar, precisamente en plena ola de calor, a un asesino de mujeres embarazadas.

Un nombre fundamental al hablar de novela negra en Andalucía es el del ecijano Carlos Pérez Merinero, fallecido hace ocho años y cuya obra completa está siendo recuperada por su hermano David con meritorio tesón. La irreverente y políticamente incorrecta, hasta límites insospechados, «Días de guardar» es uno de sus títulos más celebrados; hace poco la sevillana Ediciones Vernacci recuperó «El ángel triste» en un cuidado volumen con aspecto de cinta de VHS y dentro de muy poco, a principios de marzo, volverá a ver la luz «La mano armada», definida por el crítico literario Fran G. Matute como la más brutal de todas sus novelas.

En el panorama nacional destaca Carmen Mola, seudónimo de autora sin identificar, cuyas dos obras, «La novia gitana» y «La red púrpura», se convirtieron en un fenómeno editorial gracias a su trama, estructura y construcción tan adictivas. Por suerte para sus numerosos lectores, la tercera entrega, «La nena», llegará en abril. El abogado criminalista alemán Ferdinand von Schirach presentó en España a finales de noviembre «Castigo», tercer volumen de los relatos basados en sucesos reales con los que ha conseguido un extraordinario reconocimiento. Tras su título revelación, «Crímenes», siguieron «Culpa» y la citada «Castigo» en las que sorprende de nuevo al lector por su capacidad para condensar en pocas páginas y con brillantez un relato preciso de algunos de los casos que han pasado por sus manos.

A raíz del merecido éxito de «Parásitos» se ha escrito sobre el cine coreano, que cuenta con excelentes títulos de cine negro. Más desconocida resulta su literatura en este género, de ahí que la edición de «Los planificadores», de Un-Su Kim, venga a cubrir este hueco con una historia publicada en una veintena de países. En cualquier caso, este género ha vivido en los últimos años una edad de oro en los países nórdicos, con el sueco Henning Mankell como principal referente. Su compatriota Niklas Natt Och Dag publicó en España hace un mes «1793», con la que ha obtenido un gran éxito por la combinación de novela negra e histórica que ha llevado a que sea comparada con «El nombre de la rosa». En su país natal ya se ha publicado la continuación, «1794» y prepara la que cerraría esta trilogía, «1795».

Una pequeña localidad del norte de Islandia, aislada por una tormenta de nieve, es el escenario de «La sombra del miedo», de Ragnar Jonasson, traductor de la popular Agatha Christie. La influencia de esta escritora se hace muy patente en esta novela, primera de la serie Islandia negra (cinco títulos publicados allí), en la que el peso de la sospecha recae sobre los integrantes de una compañía teatral tras una muerte supuestamente accidental. De Islandia procede también Arnaldur Indridason, tal vez uno de los autores más relevantes e interesantes de novela negra en la actualidad, comparable al maestro sueco Mankell. A finales del año pasado se editó en castellano la primera entrega del inspector Erlendur Sveinsson, «Inocencia robada», cuyo comienzo no puede ser más prometedor: un suicidio inexplicable y el horrible asesinato de un anciano profesor. En esta novela afloran algunas de las preocupaciones que enriquecen las tramas policíacas de Indridason, como conflictos paternofiliales y dolorosas relaciones fraternales.

Esta relación de algunos títulos recientes, con muestras de genuina literatura negra escrita con «letras doradas», se completa con «La muerte en miniatura», en la que su autora, María G. Valero, rescata del olvido una mujer decisiva en la medicina forense, Frances Glessner Lee, nacida en el seno de una acomodada familia y volcada con la investigación criminal cuando ya había alcanzado el medio siglo de vida.

La buena música

Esta semana se representa la ópera barroca «Agrippina» en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, ciudad que ha acogido los últimos días algunos conciertos que han hecho las delicias de los amantes a la buena música. En este mismo espacio se reseñó el recital flamenco de Rafael Riqueni en el Teatro Lope de Vega, donde recalaron dos figuras de la escena musical europea, el belga Wim Mertens y la portuguesa, de ascendencia mozambiqueña, Mariza. Ésta quiso comenzar su gira de 2020 en dicho escenario, al que ha vuelto con relativa frecuencia y por el que siente, admitía, un especial cariño. Gracias a su talento como vocalista y a su gran capacidad para conectar con el público, logró que éste se volcara con ella en un espectáculo con exquisita iluminación.

Wim Mertens ofreció un excelente concierto, acompañado de un quinteto de cuerdas, que pese a las más de dos horas y media de duración, se hizo corto para los espectadores que llenaron el Lope de Vega. Incluyó algunos de sus temas más populares de una trayectoria que abarca ya las cuatro décadas y alternó los interpretados tan sólo con piano y su voz, como los que contaron con el citado quinteto para ofrecer un concierto inolvidable.