Andalucía

Contrarreforma andaluza

Protesta de agricultores
Protesta de agricultoresJORGE ZAPATAAgencia EFE

Con 3.000 años a las espaldas y el imaginario romántico acuestas de aquellos viajeros a lomo de mulas, Andalucía sigue siendo una tierra ancha, a la que se le escapa la prosperidad. Nueve millones de ciudadanos siguen a la espera de una sanidad menos lenta y una gestión del empleo más eficiente. Al cumplir 40 años como Estado Autonómico, Andalucía sigue en el vagón de cola de esta monarquía parlamentaria, donde algunas regiones son mejor tratadas que otras, según sus votos sean favorables o no al gobierno central. La esperanza es un anhelo difícil de arrinconar. Tras casi tres décadas con la socialdemocracia comandando el buque andaluz, suenan campanas de contrarreforma para la economía. Falta hace que ese tañido se vuelva en números positivos para la cuenta de resultados. Andalucía espera.

Turismo

Sustento principal de Andalucía. Con más de 32 millones de visitantes en 2019, el sistema de vivir de los viajeros parece un seguro de vida. Tiene sus vaivenes; a veces positivos, como aquella «primavera árabe», que reubicó los viajes hacia España o negativos, como la amenaza del virus chino, que ahuyenta a los turistas. O el efecto colateral de costas densas en ladrillo, que apostaron por ese aluvión de compradores extranjeros, que nunca llegaron, pese a las ambiciones de los urbanismos municipales.

Agricultura

Uno de los grandes huevos en la canasta de la economía andaluza. Sin olvidar los jugosos subsidios de la UE, que la han sostenido, ahora en vías de extinción. La gran despensa de Europa está bajo el asedio de una nula distribución de la riqueza, desde el que siembra los pimientos hasta el que los venden en el supermercado. Los tractores están rugiendo por Andalucía. La «revolución verde» –y no solo la ecológica– de la contrarreforma está por verse en el campo, cuya reforma agraria nunca fue emprendida realmente en los 38 años del PSOE.

Tecnológicas

Son las empresas punteras de este siglo. Emprender ese desarrollo con potencia, podría agregar un importante huevo productivo a la cadena industrial andaluza. Sería una forma de sacar del retraso a la economía en Andalucía. No basta con un PTA, contender de empresas. Ahora que los que gobiernan aquí son nativos digitales deberían ponerse en ello. Crear sinergias con las universidades puede ser un camino a explorar. Mirar el ejemplo chino o el de Irlanda en ese campo, también.

Agravios

Andalucía llega a sus 40 años como una autonomía arrinconada. El Gobierno central le escamotea pagos millonarios. Sigue señalando la más alta cuota de parados de España y los rankings europeos de las regiones deprimidas. Pese a las afirmaciones de su joven presidente JMMB («crece la economía por encima de la media, se crea empleo, se arrinconaron los impuestos»), la región sigue bajo asedio. Una reciente encuesta, donde Vox sube al tercer lugar, asoma al PP a un gobierno con ellos. Falta mucho para nuevas urnas, tal vez a los populares no les quede más remedio que taparse la nariz con una mascarilla.