Cultura
El otro tsunami
Esta palabra japonesa, usada en castellano incluso con un sentido metafórico, bien podría aplicarse a la pandemia de la que tanto se habla en las últimas semanas y de tremendo efecto sobre la cultura, con el Festival de Málaga entre una de sus recientes «víctimas». Uno de los productores andaluces afectados, Olmo Figueredo, consideró en Twitter que la decisión de aplazarlo era responsable mientras que su compañero de profesión, el cordobés Antonio Pérez, también con película programada en el festival, afirmaba en la misma red social no entenderlo, además de acusar de incompetentes a políticos y medios de comunicación por la ruina que va a conducir a millones de familias y por matar moscas a cañonazos. El caso es que se están posponiendo los estrenos de las películas potencialmente más comerciales lo que, unido al posible retraimiento de un sector del público, puede provocar que las salas permanezcan vacías, si no se decide que los teatros y cines cierren en Andalucía.
Málaga iba a servir, un año más, de presentación para varias producciones andaluzas de próximo estreno como «Mi gran despedida», codirigida por los cordobeses Antonio Hens, autor de varias películas, y el escritor Antonio Álamo, ante el reto de su primer largometraje. Ambientada en Cádiz, durante una fiesta de despedida de soltera, esta historia en la que se cruzan tres amores y dos catástrofes llegará a los cines la semana que viene.
Kiti Mánver iba a recibir con todo merecimiento la Biznaga Ciudad del Paraíso en el Festival de Málaga, donde se iba a proyectar «El inconveniente», del sevillano Bernabé Rico, cuyo estreno, previsto para principios de abril, se ha retrasado. Una de las principales virtudes de esta deliciosa película recae en el trabajo de Kiti Mánver, metida en la piel de una anciana muy peculiar que se gana el corazón de la joven Juana Acosta y de todo el público. Habrá que esperar un tiempo pero, de entrada, es una firme aspirante a figurar entre las nominadas al Goya.
En primavera se estrenará «La lista de los deseos», de Álvaro Díaz Lorenzo, nacido en Madrid pero criado en Fuengirola. Cuenta con el respaldo del citado Antonio Pérez, con quien realizó «Señor, dame paciencia», uno de los grandes éxitos comerciales de los últimos años. En su reparto figuran Victoria Abril así como los andaluces Salva Reina, Paco Tous y María León, protagonista del anterior trabajo de Díaz Lorenzo, «Los Japón».
Intimismo
La apuesta por un cine intimista y en el que los sentimientos están por encima de los artificios, es la del cordobés Guillermo Rojas en su debut, «Una vez más», presentada en el Festival de cine europeo de Sevilla y con estreno previsto para finales de mayo.
Algo más habrá que esperar para ver «Hombre muerto no sabe vivir», del director y productor malagueño Ezekiel Montes, que cuenta con Antonio Dechent de protagonista, todo un aliciente, y «Superagente Makey», de Alfonso Sánchez, probablemente el único español que estrene dos películas en un mismo año; en enero fue el turno de «Para toda la muerte» y apenas cinco meses después lo será de esta comedia protagonizada por el ingenioso cómico Leo Harlem.
Entre los documentales destacan los trabajos de tres cineastas preocupados por explorar nuevas propuestas en la no ficción: la cordobesa Pilar Monsell («Una revuelta sin imágenes»), el sevillano Mateo Cabeza («Paraíso»), y el malagueño David Muñoz («Un trono para Miss Ghana»). Monsell recurre al formato de cine 16 mm. (toda una declaración de principios en estos tiempos digitales), un grupo de mujeres, restos arqueológicos de su ciudad natal y a retratos femeninos del ilustre pintor, y paisano, Julio Romero de Torres para contar de un modo muy original el «motín del pan», liderado por mujeres en Córdoba en 1652, que ella rescata del olvido. Mateo Cabeza vuelve a mostrar su sensibilidad al abordar historias de relaciones humanas, como la de este padre marroquí enclaustrado en un hospital sevillano a la espera de una operación a su hijo mientras que David Muñoz pone el foco, con su personal mirada, en la dificultad de ser transexual en África y encima pretender participar en concursos de belleza internacionales. Este continente también estaba muy presente en «Bolingo. El bosque del amor», excelente trabajo de Alejandro Salgado, cuya última obra es «Barzaj», historia de dos adolescentes norteafricanos deseosos de cruzar el estrecho; está hermosamente filmada pero montada con un ritmo acorde a los cánones del documental observacional, tendencia narrativa con la que el firmante de este artículo no logra identificarse. En las antípodas se encuentra «Equipo D, los códigos olvidados», de Jorge Laplace, que confirma su gran valía como autor de documentales tras realizar magistralmente «23 disparos»; narrados con brillantez, ambos son sensacionales y rigurosos trabajos de investigación (españoles al servicio del espionaje contra los nazis y el asesinato de García Caparrós en Málaga el 4 de diciembre de 1977, respectivamente). José Luis Hernández Arango también ha recurrido a otro triste episodio de nuestra historia, aunque más lejano en el tiempo, en «Casas Viejas 1933», para el que ha recopilado testimonios de gran valor. Muy diferente es la propuesta de Arturo Menor, que sustituye a los animales, protagonistas de sus anteriores trabajos sobre la naturaleza, por los hábitos saludables en la alimentación y el consumo en torno a una comida en la que uno de los emergentes valores de la gastronomía andaluza, Camila Ferraro, departe con sus invitadas sobre este necesario asunto en «Darwin se sienta a la mesa». Tampoco se puede olvidar «Lonely rivers», que cuenta con la participación del andaluz Manuel Muñoz Rivas (autor de «El mar nos mira de lejos», estrenado en el festival de Berlín hace tres años) como coguionista y montador y que completa este poderoso tsunami de cine que nos depara el futuro más próximo gracias al talento de sus autores.
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