Coronavirus

Terrazas vacías

El coronavirus, aquello que le pasaba a los chinos a la hora del Telediario, se aposentó entre nosotros y se hizo carne de catástrofe.

Moreno: "Supensión Semana Santa de Sevilla es para frenar el coronavirus"
Palcos de Semana Santa a medio montar. EFE/Raúl CaroRaúl CaroEFE

Desde la ventana, los españoles miran aislados, una vez más, cómo se viene abajo el sistema económico a base de estornudos y fiebre alta. El coronavirus, aquello que le pasaba a los chinos a la hora del Telediario, se aponsentó entre nosotros y se hizo carne de catástrofe. Lanzar acusaciones es cosa inútil cuando el Gobierno, muy a la española, se pone a trabajar en serio después de alentar a las masas a defender el espíritu del 8M en pleno arranque de la epidemia abarrotando las calles. Tampoco importa demasiado lo que nos digan las autoridades, porque si los niños no tienen colegio ni los padres que ir a la oficina, todo indica que estamos de vacaciones. Dicen que en Madrid se come el mejor pescado de España, el más fresco, pues merluzas y merluzos ponen rumbo a la costa en pleno aislamiento madrileño para ocupar durante quince días los pisos que tienen en las playas andaluzas. Lo que es una pandemia, en España se llama vacaciones de Semana Santa por adelantado. Sin calificativos. En fin, una irresponsabilidad y un escenario terrorífico en el corazón de nuestro sistema productivo. El turismo se ha caído, así de claro, y volvemos al pánico de la crisis de 2007 cuando vivíamos «por encima de nuestras posibilidades». Nuestras ciudades de cartón piedra, nuestros falsos decorados para visitantes poco ilustrados, se han quedado vacías y los «empresarios» del sector se lamentan ahora de que llegan las vacas flaquísimas, de que se les cae el chiringuito. Evidentemente, debemos proteger el motor que nos da de comer, pero porque no hay otro, básicamente. Nos han vaciado el joyerito y ahora nos sabemos qué hacer con él. «¿Para qué sirve esta catedral?» «¿Qué hago yo con esta muralla?». Pensábamos que esto estaba hecho, pero el cuento de la lechera, una vez más, nos pone en nuestro sitio. El pánico ha cargado contra la burbuja que tanto se dijo que esta vez no explotaba, esperemos que aún estemos a tiempo.

“Lo que es una pandemia, en España se llama vacaciones de Semana Santa por adelantado”