Andalucía
Afectados por ERTE: a la espera de los trámites
Las empresas comunican a su personal la presentación de los expedientes que ahora deben aprobarse para que cobren el 70% de su sueldo. No es necesario que los trabajadores gestionen su alta en el SAE
Más de 4.300 ERTE han presentado ya empresas andaluces al tener que cesar su actividad por la actual crisis sanitaria, una situación que tiene desbordados tanto a los sindicatos como a los servicios de empleo pero que tiene detrás el rostro de miles de trabajadores que hace poco más de una semana ni podían vislumbrar este escenario. Pertenecen a múltiples sectores, desde el comercio o el turismo a empresas de servicios. Y en la mayoría de los casos, la empresa les ha comunicado que ya ha presentado la solicitud de ERTE y está a la espera de su admisión para iniciar los trámites que garantizarán a estos empleados cobrar un subsidio que no computará en su bolsa de paro.
Detrás de las abrumadoras cifras hay personas de carne y hueso como Auxi, dependienta desde hace diez años en una tienda de cosmética de una gran cadena que ha cerrado todos sus establecimientos. “Yo sabía que algo iba a pasar porque desde la semana pasada nos dijeron ya de reducir horas y hcer turnos para que hubiera menos personal, nos avisaron un poco de lo que podía pasar”, relata a LA RAZÓN. La empresa ya les ha comunicado que ha solicitado el ERTE aunque mientras es aprobado mantiene a todo el personal de alta y cotizando. “Lo que no sabemos es si nos pagará la empresa todo el mes de marzo o ya una parte no”, dice. Les han asegurado que en el momento en que se levante la prohibición de abrir las tiendas, comenzarán a funcionar con normalidad y cree que es “una empresa seria” y “no aprovechará para hacer despidos". Mientras dure el ERTE, seguirá cotizando y cobrará el 70% de su salario. Su marido, autónomo, está pendiente de ver qué ocurre con este colectivo ya que su facturación se va a reducir drásticamente.
La Junta de Andalucía se ha comprometido a mantener los contratos con sus proveedores aunque no puedan prestar su servicio durante el estado de alarma. Es el caso de las empresas encargadas de los servicios complementarios de los centros educativos como comedor, aula matinal y extraescolares. No obstante, algunas de estas empresas ya han comunicado a sus trabajadores la presentación de ERTE. Elena trabaja en una de esas empresas que a su vez presta este tipo de servicios en varios colegios. “Nos han dicho que no tenemos que tramitar nada sino que ellos solicitan el ERTE y cuando se lo aprueben lo comunican al SEPE indicando los trabajadores afectados y nos da de alta como demandantes de empleo y tramitan la prestación”, relata. Durante el tiempo que dure ese ERTE, la empresa seguirá cotizando por sus trabajadores que cobrarán al menos el 70% del salario bruto, con posibilidad de ampliarlo al 100% en algunos casos según las circunstancias particulares por renta y cargas familiares. Ella no tiene hijos pero su marido es autónomo y su principal cliente le ha cortado los encargos.
También Cristina, que trabaja en un museo municipal de Sevilla, está ya en casa desde que se decretó el cierre de todos los monumentos y centros culturales. Igualmente, su empresa es una subcontrata del consistorio hispalense. Ya tiene preparado el ERTE, firmado por todos sus trabajadores, aunque negocia que el Ayuntamiento mantenga el contrato con su empresa. De ser así, ésta seguiría teniéndolos de alta y pagándoles el sueldo con normalidad. De lo contrario, solicitará el ERTE y la plantilla pasará a cobrar un subsidio que no les restará su paro. En su caso, trabajaba a media jornada y completaba sus ingresos con clases particulares que tampoco imparte ya por lo que espera, por una vía u otra, tener algún ingreso ya que tiene dos hijas estudiando en la Universidad. No obstante, su pareja mantiene su trabajo y nómina con normalidad en su sector.
Efectivamente, a las oficinas de Empleo no paran de llegar solicitudes de ERTE. Tanto en éstas como en las del SEPE y el SAE los funcionarios están trabajando por turnos o desde casa. La directora de una de estas oficinas del SEPE afirma que aunque la idea es agilizar la tramitación de los ERTE, la carga de trabajo se ha triplicado. Efectivamente, las instrucciones del ministerio contemplan que el trabajador afectado por un ERTE no tiene que darse de alta como demandante de empleo en el SAE sino que los sistemas informáticos de uno y otro organismo estarán conectados para que automáticamente consten como demandantes y el SEPE pueda tramitarles la prestación, pero actualmente hay problemas y en muchos casos no pueden tramitarla porque no les aparece que el trabajador ya esté de baja. Desde CCOO, el secretario de Acción Sindical, Carlos Aristú, espera que estos desajustes se resuelvan porque “los sistemas tienen que estar interconectados” para poder agilizar los trámites.
Aristu alerta sobre el necesario equilibrio entre hacer los trámites lo más rápido posible para que el trabajador empiece a cobrar la prestación y estar vigilantes para “identificar a aquellas empresas que van a querer aprovechar la situación que ya algunas están intentándolo”. Así, como el trabajador afectado por el ERTE sigue cotizando, la empresa está exonerada de pagar su parte a la Seguridad Social “en casos de fuerza mayor” pero no “por causas organizativas”. Es decir, un comercio obligado a cerrar sí pero un establecimiento de los que sí tienen permitido abrir que reduzca horario y ello le obligue a prescindir temporalmente de parte de la plantilla no. Puede acogerse al ERTE pero tendrá que abonar íntegra su parte de la cotización a la Seguridad Social de sus trabajadores. “Ahí van a intentar las empresas colar todas que su ERTE es por fuerza mayor y tenemos que estar vigilantes”, explica.
En cuanto a lo que cobra el trabajador, en el caso de las empresas de menos de 50 trabajadores percibirá el 100% de la base reguladora de su sueldo y en las de más de 50 trabajadores el 75%. Los sindicatos reclaman que precisamente estas empresas, que son las que tienen más capacidad, asuman el otro 25% para que sus empleados no pierdan ingresos.
El otro frente de los sindicatos, junto a los ERTE, es el de la prevención y seguridad laboral en aquellas empresas que mantienen su actividad. Son conscientes de que para poder pagar los subsidios de quienes pierdan su empleo temporalmente es preciso que haya gente trabajando y cotizando con normalidad pero tienen claro que sólo puede mantenerse la actividad si la empresa cumple los protocolos correspondientes y “hay sectores donde las empresas no lo están haciendo muy bien, como el telemarketing o constructoras donde trabajan en cuadrillas”. También la situación de trabajadores de centros de mayores o de servicios de ayuda a domicilio sin los debidos equipos de protección individual. Los sindicatos están denunciando todo tipo de incumplimientos e incluso ya ha habido cierres sonados. “Nosotros no podemos obligar a una empresa a cerrar pero sí tiene que cumplir el protocolo”, advierte Aristu, por lo que los sindicatos están denunciando a la Policía cualquier situación que sus propios delegados sindicales o trabajadores les hacen llegar a través de los teléfonos específicos habilitados.
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