Córdoba

El obispo de Córdoba advierte de que la “liberación sexual” somete al hombre a una “esclavitud” ajena al amor

Demetrio Fernández encarna el sentido de la sexualidad "según la ley de Dios" en un joven "mártir de la castidad" de la época califal

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández / Foto: Efe
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández / Foto: Efelarazon

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha advertido de que “nuestro tiempo alardea de liberación en el campo afectivo sexual y, por el contrario, somete al hombre (varón y mujer) cada vez más a la esclavitud de una sexualidad que no expresa el verdadero amor”.

En su carta semanal ha aludido a que este viernes 26 de junio se celebra “la fiesta solemne de San Pelagio, niño mártir en Córdoba, que ofreció su vida como rescate de su tío Hermogio, obispo de Tuy, prisionero del califa cordobés, y que, retenido en la corte cordobesa del califa, a sus 14 años no consintió los halagos y propuestas de abuso sexual que el califa” le hizo.

De esta forma, según ha recordado, “muere mártir en el año 925 y supuso un fuerte campanazo en la comunidad cristiana (mozárabe) de su tiempo”, y “no solo por la propuesta deshonesta del califa, sino sobre todo por la respuesta cristiana de un jovencito que había aprendido en su casa los mandamientos de Dios y el respeto a su santa ley”.

Por eso, según ha señalado el obispo, San Pelagio “es todo un ejemplo también para nuestro tiempo”, pues es un “mártir de la castidad”, siendo “ejemplo y estímulo para los jóvenes y adultos de hoy”, ya que “nos enseña que la sexualidad es un don de Dios, es lenguaje del amor verdadero”, pero solo “cuando sigue la ley de Dios y no el capricho de las pasiones”.

En este punto, Demetrio Fernández ha aludido a como el Seminario de Córdoba”, que está “edificado sobre el lugar físico del martirio de San Pelagio, lleva su nombre y está encomendado a su celestial patrocinio, inspirando a los jóvenes, que se preparan para el sacerdocio desde hace siglos en este lugar, los mejores sentimientos de pureza de alma y cuerpo, preparándose así para el servicio de Dios y del pueblo santo de Dios”, siendo “tradicional en Córdoba que, en torno a la fiesta de San Pelagio, sean ordenados los nuevos presbíteros”, y “este año son dos, Javier y Mario”.

En este sentido, el obispo ha explicado que “la Iglesia no puede vivir sin sacerdotes, porque son ellos los que proporcionan los sacramentos, y particularmente la Eucaristía, al pueblo de Dios”, de modo que, “cuando un joven descubre esta llamada, algo grande se produce en su corazón. Se pone en camino, confía su formación al discernimiento de la Iglesia, que lo cuida con esmero en el Seminario y, llegado el día soñado, lo presenta al obispo para que lo ordene presbítero”, lo cual ocurrirá en esta ocasión con los dos seminaristas mencionados.