Medio Ambiente

El “cancerígeno” glifosato contamina aguas del Parque Natural Sierra de Grazalema

Ecologistas en Acción advierte de que más de la mitad de las muestras analizadas "presentaban valores detectables" de este elemento

Imagen de una de las carreteras de la zona del parque gaditano que los ecologistas piden que no se fumigue
Imagen de una de las carreteras de la zona del parque gaditano que los ecologistas piden que no se fumigueLa RazónLa Razón

No es una ficción de humo ni un delirio. «Es cancerígeno y ya se sabe», advierte Juan Clavero, uno de los portavoces de Ecologistas en Acción en Cádiz. Esta organización ha desvelado que el análisis de datos proporcionados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sobre la presencia de glifosato en los ríos y embalses de la provincia les permite afirmar que los ríos y embalses del Parque Natural Sierra de Grazalema contienen «altos niveles de glifosato».

Se trata de un elemento clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) «como potencialmente cancerígeno». Los conservacionistas avisan de que «el 51,9%» de las muestras estudiadas presentaban valores detectables de aquél y «el 34,6%» superaban el «0,1 μg/l» que Bruselas marca como el tope «para cualquier plaguicida que no tenga un límite específico». A ello se encadena que «el 9,6%» desbordaba «el 0,5 μg/l» permitido «para la suma de todos los plaguicidas que puede haber en el agua».

En un punto de Cádiz hay una concentración de glifosato «varias decenas de veces superior al límite» autorizado, en concreto (7,6 μg/l): «Se trata del Arroyo del Águila, junto a su desembocadura en el Embalse Zahara-El Gastor», especifican los ecologistas. Los ríos Ubrique y Majaceite o el Embalse de los Hurones, fuente de agua potable para «más de 800.000» gaditanos, tampoco pasarían el examen de Europa, entre otros lugares.

Clavero explica que si se dejara de usar el glisofato «se degradaría en unos años» en las aguas superficiales, por lo que exige a la Junta de Andalucía y a la Diputación que «paren las fumigaciones de carreteras» que su organización denuncia desde hace años. «Otra cosa son los acuíferos, que no están estudiados», remata.