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Y el rostro de Grace Kelly se hizo piedra en Sevilla

Jesús Creagh recopila 24 relatos sobre curiosidades de la ciudad, como la escultura de la actriz que hay en la fachada del Ayuntamiento

Detalle de la fachada plateresca del Ayuntamiento de Sevilla donde se ve esculpida a la que fuera princesa de Mónaco
Detalle de la fachada plateresca del Ayuntamiento de Sevilla donde se ve esculpida a la que fuera princesa de MónacoKiko Hurtado

El origen de la tapa es un misterio con versiones que la relacionan con Alfonso X o con los Reyes Católicos. El sevillano Jesús Creagh la localiza en un sitio concreto de Sevilla, en el bar «El Rinconcillo», el más antiguo y que permanece en la misma esquina frente a la iglesia de Santa Catalina desde 1.670. Como en otras situadas en distintos puntos de España, su invención se sitúa al pragmatismo de tapar un vaso con una loncha de jamón para evitar las moscas. Es uno de los relatos recogidos en «Eso no estaba en mi libro de historia de Sevilla» (Almuzara), un compendio de curiosidades sobre personajes y acontecimientos «que sorprenden por su originalidad».

Creagh estudió Derecho y desde siempre tuvo afición por la trastienda de la historia, que desgrana con entusiasmo pueril, con mayor dedicación ahora desde que alcanzó el rango de jubilado. «Se conocen muchas gestas que ha habido en la ciudad y monumentos como la Catedral, el Alcázar o el Archivo de Indias, pero a lo mejor mucha gente no sabe que la milla cero universal está en Sevilla». En ese punto, situado en la plaza de Cuba, hay una esfera armilar que marca el lugar desde donde partió la expedición de Magallanes para completar la primera vuelta al mundo. El autor apunta hechos llamativos como que en la fachada plateresca del Ayuntamiento de Sevilla está tallado el rostro de la actriz Grace Kelly, en un homenaje «sui generis» del escultor encargado del proyecto, Manuel Echegoyán González. Relacionado con el Ayuntamiento, Creagh recuerda otra singularidad: el acuerdo de expropiación a los dueños de las casas que entonces había allí incluían un precio de seis maravedíes y 24 gallinas de tributo perpetuo anual a las monjas del convento de Santa Clara. «No sé si el alcalde actual estará pagando todavía ese tributo...».

Su recorrido por los entresijos de Sevilla se traslada hasta la calle Feria, donde todavía se celebra el conocido mercadillo de «El Jueves», que se remonta, según apunta, «a la época de la Reconquista». El haber escogido ese día de la semana tendría que ver con la necesidad de aunar los días sagrados de las tres religiones que entonces convivían: la judía, la musulmana y la cristiana. Tachados viernes, sábado y domingo como posibles día de celebración, sus impulsores se inclinaron por la víspera, que acabó dando nombre a la cita semanal. Creagh pretende con este libro reverdecer «la memoria histórica de las nuevas generaciones» y «rellenar un hueco sobre aquellos temas por los que los habitantes de Sevilla pasan muchas veces de largo, sin saber que detrás de cada rincón hay una historia de que contar». Un repaso que sirve también para reivindicar el mantenimiento de patrimonio arrinconado como el Hospital de San Lázaro, situado junto al cementerio de San Fernando. Fundado en el siglo XIII, allí se trataba a los leprosos, y Creagh denuncia que su histórica capilla «se cae a pedazos».

Entre sus historias, inevitablemente, se cuela uno de sus temas preferidos: las cofradías. En este sentido, explica cómo el fervor por la hermandad del Silencio impidió a El Corte Inglés adquirir un edificio en la plaza del Duque, anexo a uno de sus centros, porque la propietaria quiso mantener su privilegiado balcón para ver en Semana Santa. El autor ha formado parte de dos instituciones señeras en Sevilla, el Ateneo y el Consejo de Hermandades y Cofradías. Sin embargo, admite no lamentar la suspensión de las salidas procesionales este año a causa de la pandemia de la Covid-19. «Semana Santa tendremos siempre, aunque no tengamos cofradías en la calle», responde ante la hipótesis de que volvieran a suspenderse las salidas en 2021. Su opinión es que «no hay que preocuparse, ha habido etapas a lo largo de la historia en la que durante unos años no han salido y no ha pasado nada. Cree que en los últimos tiempos se ha «desnaturalizado la Semana Santa» y esto servirá «para volver a una etapa anterior mas íntima y recoleta».