Congreso provincial
La confianza entre Génova y el PP andaluz se agrieta por Sevilla
Virginia Pérez es reelegida presidenta con el 93% de los votos, sin la presencia de Moreno, pero la candidatura de Ávila recurrirá
Quedar atrapado con las facciones congeladas en la culminación de un proceso rodeado de acusaciones de «irregularidades» no debió parecerle una buena idea al presidente de la Junta y líder del PP andaluz, Juanma Moreno, quien no ha acudido esta mañana a la clausura del XV congreso provincial de los populares de Sevilla en el que ha habido colmillo y ha sembrado la desconfianza entre la dirección regional y la nacional de Pablo Casado. La candidata que contaba con el respaldo de Madrid, Virginia Pérez, ha resultado reelegida con el 93% de los votos de los compromisarios –en 2017 obtuvo el 61%–, pero el aspirante perdedor, Juan Ávila, apoyado desde la formación autonómica, ha anunciado antes incluso de que eso sucediera que presentarán una demanda en los tribunales contra un cónclave «fraudulento» que «no representa al partido ni a sus afiliados». Desde ese sector han exigido conocer los «datos de participación», dado que, según su información, «más de la mitad de la formación política» –dicen contar con unos 20.000 militantes en la provincia, aunque sólo se depositaron 1.659 papeletas– no habría participado». Una de las principales acusaciones que han lanzado esta semana desde ese lado es que se bloqueó la cuenta del partido para que los militantes no pudieran ponerse al día en el pago de las cuotas y votar, aunque Pérez se ha desvinculado de una orden que se habría dado desde Madrid.
Las horas previas al acto de proclamación que se ha celebrado en un hotel de la capital sevillana estuvieron cargadas de tensión. Lo evidenció un tuit del vicesecretario general del PP-A, Toni Martín: «Ahora que estamos en la Semana Santa no quiero dejar de recordar que con los Judas no se pelea... ellos se ahorcan solos», dejó escrito. Antes, se habían intentado armar varias propuestas de integración pero, pese a negociar «hasta las dos de la madrugada» del pasado viernes a ayer, el acuerdo no fue posible. La última opción puesta sobre la mesa incluía una Vicepresidencia para Ávila, que la dirección andaluza demandaba que fuera «ejecutiva, no florero» y que sirviera de enlace entre el partido y el Ejecutivo autonómico que capitanea Moreno; además de un reparto del resto de los órganos, con la mitad de las vicesecretarías para cada ala. Pero fuentes cercanas a ambas direcciones, la estatal y la autonómica, se acusaron entre sí de haber «reventado» el posible pacto. Es más, del margen de los populares andaluces aseguran a LA RAZÓN que no habían visto en Pérez «disposición real a acordar nada en ningún momento». Si bien, ésta se ha refirido a Ávila como «su amigo» al tomar la palabra como vencedora y ha defendido que «nada que merezca la pena se ha hecho nunca restando, sino sumando». «Sé distinguir muy bien un compañero de un adversario», ha dicho, para enlazar que no tiene de los últimos en el PP. Ha proclamado que «sólo estando más unidos» podrán «crear más partido y tener más gobiernos» y ha instado a los suyos a trabajar por un triple objetivo: vertebrar el partido «en todos los rincones de la provincia», consolidar «el cambio político en Andalucía que representa» Moreno y ayudar a Casado a «devolver» a España «la dignidad, el prestigio y la esperanza de un futuro mejor».
Ausencias notables
El presidente de la Junta no ha sido la única ausencia a anotar. Tampoco han estado la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, el portavoz popular en el Ayuntamiento de Sevilla, Beltrán Pérez, ni el senador y presidente de honor del PP-A, Javier Arenas. Sí han asistido, en cambio, el ex alcalde de Sevilla y ahora eurodiputado Juan Ignacio Zoido, el secretario general de la formación, Teodoro García Egea, y el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, de la órbita de Génova; así como la secretaria general autonómica, Loles López, quien ha sostenido que no pasa nada por «confrontar», si se hace con «respeto a las normas» y a «los compañeros». Por su parte, García Egea, a quien algunos atribuyen la ofensiva de Génova por controlar la estructura territorial para garantizar la reelección de Casado, también ha intentado restar importancia al choque de «aristas» y ha pedido «trabajo, unidad y constancia» de cara al futuro. Ha lanzado que no le importaría ser «hijo adoptivo de Sevilla» y ha avisado de que va a estar por este territorio «más que nunca».
Tras el cierre en falso de Sevilla, los focos se pondrán en los cuatro congresos provinciales que faltan por convocarse: los de Huelva, Jaén, Cádiz y Almería. La dirección nacional pretende que se celebren antes del verano y en la región calculan que podrían ser en mayo. Habrá que ver si la consigna vuelve a ser el combate interno, o después de la Semana Santa se logra un acercamiento de posturas.
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