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Javier Cercas: «No he escrito esta novela para decir lo que pienso del procés ni de nada»

«Independencia» se sumerge en el proceso secesionista catalán con una trama de extorsión política de fondo

El escritor Javier Cercas el pasado jueves en el hotel Inglaterra de Sevilla
El escritor Javier Cercas el pasado jueves en el hotel Inglaterra de SevillaKiko Hurtado

Javier Cercas (Cáceres, 1962) acude a Sevilla, con motivo de la Feria del Libro de Tomares, dispuesto a hablar de literatura y hastiado del ruido en las redes sociales por unas declaraciones suyas, hechas en 2019 en Extremadura, sobre el proceso secesionista en Cataluña. Pero no hablar de la campaña que llevó al referéndum del 1 de octubre de 2017 y sus posteriores consecuencias impediría hablar de su último libro, «Independencia» (Tusquets). Un título «provocador» para albergar una novela que avanza en torno a la extorsión a la alcaldesa de Barcelona con un vídeo sexual, cuyo argumento queda atravesado por la violencia que se ejerce contra las mujeres. «La pregunta que formula la novela es muy sencilla: ¿es legítima la venganza cuando la justicia no nos hace justicia?», dice sobre la segunda de las entregas que protagoniza el mosso d’esquadra Melchor Marín, que planea culminar con dos publicaciones más. «Desde que el mundo es mundo, la mitad de la humanidad ha tenido el pie en el cuello de la otra mitad. Se dice pronto», reflexiona sobre las agresiones que narra en su libro.

Como escritor transitó una etapa de «novelas sin ficción» abordando el pasado reciente en obras como «Anatomía de un instante», sobre el golpe de Estado en España el 23F –ahora llevada al teatro– o «El impostor» para abrazar de nuevo la ficción con «Terra Alta», con la que ganó el Premio Planeta en 2019. «Cada libro crea sus propias normas y yo el único al que hago caso es a Cervantes», explica sobre ese giro, que lo condujo a introducirse en la novela negra frente a otros «libros muy pegados a la realidad que no contienen ficción». Para él. «Independencia» «es un retorno a la ficción pura, que en rigor no existe porque siempre está preñada de la realidad». Esa realidad incluye los convulsos años iniciados en 2012 en Cataluña. «El procés se acabó en 2017 cuando eso que montaron chocó contra el Estado de derecho sostenido por la Unión Europea. Ahora estamos en las consecuencias, que no se sabe aún dónde nos llevarán», analiza Cercas, que considera que practicar la literatura «obliga a un compromiso total con la verdad. Y eso a veces tiene inconvenientes. Pero es una verdad distinta a la periodística o histórica, es una verdad moral y universal, que nos atañe a todos los seres humanos y a menudo se llega a ella a través de una especie de mentira». En esa línea se pregunta «¿por qué todavía hoy lo que contó Homero, Shakespeare o Cervantes nos concierne tanto? Porque es una verdad universal. Los seres humanos no variamos tanto a lo largo del tiempo».

El título llama, sin duda, la atención y dice haberlo puesto para «que la gente me pregunte por qué». «Es una palabra maravillosa y extraordinariamente polisémica», dice refiriéndose a «independencia» y reconoce que «tiene un punto de provocación ahora para nosotros». Se lanza a resumir el argumento como «la historia de un hombre, un aspirante a pijo –el contrapunto a Melchor Marín– que busca la independencia personal, moral, económica, de manera equivocada», uniéndose a un grupo de chavales de la élite catalana, barcelonesa en concreto, «enquistada en el poder desde hace un siglo». «Esas élites lo usan para sus propósitos y luego lo tiran a la papelera. Y eso es un poco una metáfora de lo que ha ocurrido en Cataluña en los últimos años. Esta no es una novela política», asegura, una afirmación que choca atendiendo a la trama y a unos personajes que provocan la sensación de que lo político es omnipresente. «Hay una lectura política, pero no en el sentido que habitualmente se usa, aquí nadie debe buscar la crónica del procés. Es política en el sentido profundo, el hummus en el que crece una determinada situación, eso sí. Lo que cuentan las novelas es lo que no está en los periódicos».

«Lo que ha ocurrido en Cataluña en los últimos años» lo sintetiza así Cercas: «Es muy sencillo, pero la gente no es consciente de eso ni aquí (en Andalucía) ni en Cataluña, pero es un hecho, no es una opinión, a mí no me gusta opinar –insiste–. En el año 2012 hay una crisis brutal y la élite económica catalana decide intentar salir de la mejor manera posible de esa crisis: como han hecho siempre, presionando al Gobierno central. ¿Cómo? Contribuyendo decisivamente a sacar a la gente a la calle». Su lectura es que «en Cataluña la élite se pone en cabeza del procés. Sin élite económica catalana no hay procés. Ellos sacan la gente a la calle unidos a la élite política catalana para presionar a Madrid y que los saque de sus apuros». Según Cercas, lo hicieron blandiendo «una utopía» y «la gente se lo creyó. El problema ahora es que la gente está enfadada porque todo era falso. La élite económica ya no quiere eso, está asustada. Sacar a la gente de su casa es muy fácil, pero volverla a meter es muy difícil».

La clase política sale muy malparada de las cuatrocientas páginas de la novela. «Hay políticos buenos y malos, pero los malos dan más juego», bromea el autor, que defiende que «las novelas no están hechas para atacar a nadie, ni yo he escrito esta novela para decir lo que pienso ni del procés ni de nada. La literatura es antes que nada un placer, como el sexo, y es una forma de conocimiento, como el sexo, de ti mismo y de los otros».