Tribunales

Veintitrés años de cárcel por asesinar a su mujer a hachazos

Por «el mero hecho de ser mujer» y no acatar su «imposición» de que no saliera sola de casa, según recoge la sentencia

Sevilla.- Tribunales.- Piden de dos a seis años de cárcel para 31 personas por presunto fraude a la Seguridad Social
Fachada de la Audiencia Provincial de SevillalarazonEUROPA PRESS

La Audiencia Provincial de Sevilla ha impuesto 23 años de cárcel a un hombre, E.V.T., que asesinó a su esposa en Dos Hermanas de nueve hachazos en la cabeza, tras darle antes «múltiples puñetazos y patadas», por «el mero hecho de ser mujer» y no acatar su «imposición» de que no saliera sola de casa. En la sentencia, de 16 de abril y facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, la magistrada-presidenta del Tribunal del Jurado también condena a E.V.T. a indemnizar con 300.000 euros a dos de sus tres hijas, ya que la tercera no ha reclamado nada, por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con las agravantes de parentesco y género y las atenuantes de confesión, reparación del daño y alcoholismo.

El jurado, que pronunció su veredicto de culpabilidad el 16 de marzo, consideró probado que el acusado, que llevaba 47 años casado con la víctima, ejecutó los hechos sobre las 15.30 horas del 26 de enero de 2019, después de volver a casa tras tomar cuatro copas de manzanilla en una asociación de vecinos y un bar, aunque ese alcohol sólo le afectó «levemente». La mujer le dijo que «llegaba tarde» y entonces «comenzaron a discutir», según la sentencia, quiso abandonar la vivienda, pero su marido cerró la puerta con llave y le advirtió «tú no te vas hoy por ahí, hoy vas a ir conmigo» para «demostrarle su dominación y superioridad sobre ella». A continuación, «con ánimo de dominar a su esposa y acabar con su vida», le tapó la boca «con gran fuerza e intensidad», la agarró «fuertemente» por el cuello y le dio «puñetazos» en la cara, los ojos, la nariz y la boca. La mujer logró zafarse de su marido y bajó las escaleras hacia el sótano, pero el acusado la interceptó y siguió golpeándola antes de arrastrarla hacia la estancia, que «no tenía salida ni comunicación al exterior» y allí continuó golpeándola «por todo el cuerpo» e incluso rompió las gafas de su cónyuge, que sufrió «aturdimiento y confusión» por su hipermetropía.