"Negro sobre blanco"
Inocencia perdida
“‘Pequeño país’ e ‘Hijos del sol’ no tienen nada que ver argumentalmente, pero sí coinciden en que sus protagonistas son menores que se enfrentan a una situación de extraordinaria adversidad”
Pese a tratarse de dos producciones exentas de comercialidad, en algunas ciudades andaluzas (por ejemplo, el sevillano Avenida alberga ambas) se pueden ver dos estupendas películas centradas en narrar la pérdida de la inocencia en unos niños inmersos en una terrible realidad: la producción francesa «Pequeño país» y la iraní «Hijos del sol». No tienen nada que ver argumentalmente, pero sí coinciden en que sus protagonistas son menores que se enfrentan involuntariamente a una situación de extraordinaria adversidad.
«Pequeño país» se basa en el libro de idéntico título escrito por el también cantante Gaël Faye y publicado en España por la editorial Salamandra en 2018. En Francia tuvo una magnífica acogida y logró el Prix du roman FNAC y el Goncourt des Lycéens. Su historia contiene muchos elementos autobiográficos, como el hecho de ser hijo de madre ruandesa y padre francés, así como haber tenido que abandonar su país natal, con destino a Francia en 1995 debido a la guerra civil burundesa y al genocidio tutsi de Ruanda.
«Hijos del sol» tiene lugar en la actual Teherán, metrópolis de la que se ofrece dos estampas bien diferentes: una más fugaz y perfectamente equiparable a una ciudad occidental (con un centro comercial que nada tiene que envidiar al más moderno que podamos conocer) y el de una ciudad caótica en la que la supervivencia es el pan nuestro de cada día y donde, por ejemplo, hay escuelas en riesgo de ser desmanteladas por impago. La primera, que vendría a ser un daguerrotipo del horror vivido por tutsis y hutus en Ruanda y Burundi, sería el perfecto complemento a un reciente título sobre otra terrible matanza, la sufrida por los musulmanes en la ciudad bosnia de Srebrenica, que tuvo lugar casi en las mismas fechas y que tan bien se narra en «Quo vadis, Aida?». «Pequeño país» coincide, además, con el Festival de cine africano de Tarifa, que se inaugura hoy y que alcanza la mayoría de edad tras sufrir no pocas vicisitudes en estos años. Probablemente, sea el festival de cine merecedor de un mayor apoyo institucional en Andalucía y, sin embargo, el que más trabas se ha encontrado por el camino como diversos cambios de sede y patrocinadores que caen días antes de la inauguración.
«Hijos del sol» viene a confirmar el excelente nivel del cine iraní, al menos el que nos llega y es que resulta difícil recordar una mala película de este país entre las estrenadas en los últimos años. Sin ir más lejos, hace menos de un mes llegó a las carteleras otra notable producción persa, «Yalda, la noche del perdón», con un planteamiento argumental de gran interés: una joven condenada a la pena de muerte ante la oportunidad de salvar su vida si consigue el perdón en un programa de televisión de máxima audiencia. «La vida de los demás», cuyo estreno está previsto justamente para dentro de un mes, coincide con la anterior en el tema de la pena de muerte, pero con una estructura muy diferente al estar formada por cuatro historias.
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