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Vandalismo «sin escrúpulos» en un yacimiento BIC andaluz

Reclaman mayor protección para las simas de la Sierra de la Utrera malagueña

Pasamanos de acceso detectado en la denominada llamada Galería del Museo
Pasamanos de acceso detectado en la denominada llamada Galería del MuseoLa Razón

La vida no siempre es un postre glaseado. Los miembros del Grupo de Exploraciones Subterráneas (GES) de Casares, municipio malagueño, lo saben. Han presentado una denuncia ante la Consejería de Cultura y Patrimonio de la Junta y remitido un informe a la Concejalía de esa área del Ayuntamiento de la mencionada localidad para alertar de que se ha producido una nueva irrupción «ilegal» en la Sima Hedionda 4 del Karst de la Utrera. Ésta alberga unos de los yacimientos arqueológicos del Neolítico más importantes de Andalucía, que estudian las universidades de Córdoba, Sevilla, Huelva, Granada, Málaga y Cádiz. Y no es la primera vez. Para permitir un acceso seguro de los equipos de investigación y para proteger el espacio de los «continuos actos vandálicos» que sufre hubo que realizar «una intervención en la boca de la cavidad situando un tubo metálico de amplias dimensiones, con escalones» y colocando «un cierre de seguridad», según explica a LA RAZÓN Jorge Luis Romo, el coordinador técnico de Espeleología de la Actuación Arqueológica de la Sima Hedionda 2 y Sima Hedionda 4. En octubre de 2020 tuvieron que reparar ese elemento que frena la entrada libre al yacimiento y que ahora ha vuelto a ser manipulado, con cortes de máquina radial incluidos.

Corte de la caja de cierre del candado de seguridad del tubo de entrada
Corte de la caja de cierre del candado de seguridad del tubo de entradaLa Razón

Si el año pasado se comunicó hasta «el robo de un cráneo del yacimiento» o el «destrozo de vasijas de cerámica», en esta ocasión también ha habido daños en el interior de la sima. De hecho, en el mencionado informe-denuncia armado por Romo se advierte de que en la llamada Galería del Museo, «se ha instalado» un «pasamanos» para penetrar a «esta importante zona del yacimiento de la cavidad». «En su interior es identificable un amplio trasiego de personas, sin control, por toda la galería, poniendo en peligro los posibles restos existentes bajo la superficie, además de deteriorar varias zonas de las capas de colada estalagmítica», consta en el documento consultado por este diario.

Las pisadas furtivas se han detectado del mismo modo en la etiquetada como Galería de los Gours, donde se hallan los depósitos funerarios –el sistema subterráneo de las Hediondas «representa un inestimable testimonio de los usos funerarios presentes en el extremo sur de Iberia», según Romo–, «llenando» el área de «grandes placas de arcillas y barro y pudiendo haber provocado la rotura de restos óseos».

Por lo que respecta a la denominada Galería de la Conexión, desde el GES Casares avisan de que han localizado en ella «una cuerda instalada para permitir alcanzar la conexión con la Sima Hedionda 2» y han descubierto que «en la pared bajo la cornisa de conexión se han colocado diversos anclajes metálicos», cuya función desconocen. Han detectado, asimismo, en la Gatera de la Agonía que «las dos cadenas instaladas como cierres de seguridad han sido quitadas y han desaparecido de la zona», lo que posibilita el libre acceso al yacimiento desde la Sima Hedionda 2, engarzan en su escrito.

Imagen de una estalactita rota
Imagen de una estalactita rotaLa Razón

Ese enclave de la provincia malagueña está incluido en el Registro General de Bienes de Interés Cultural (BIC) lo que no ha impedido unas actuaciones vandálicas que «vienen a sumarse» a las que tuvieron lugar «años atrás», en concreto en 2014, 2015, cuando se atrevieron a colocar explosivos en la boca de la Sima Hedionda 4, que colapsó, provocando un retraso considerable en los trabajos de investigación; y en 2020.

Desde el GES Casares aseguran que para ingresar en la cavidad y en algunas de sus galerías y salas, «es preciso contar con los conocimientos y equipos necesarios de progresión vertical espeleológica» y no es fácil, por lo que descartan que «personas ajenas a la actividad de la espeleología» tengan que ver con lo sucedido. Recuerdan que existe «una Normativa de Actividades Espeleológicas en la Sierra de la Utrera, que fue aprobada en 2015, en la que se especifica la obligatoriedad de la solicitud de autorizaciones» para operar en la zona, así como que para «esta cavidad, por su yacimiento y la investigación en curso», sólo pueden conseguirlas los integrantes del «equipo de investigación arqueológica».

En el dibujo de situación expuesto,abogan por que «se tomen medidas más contundentes» ante el vandalismo de «personas sin escrúpulos».

Imagen de una cerámica pisoteada
Imagen de una cerámica pisoteadaLa Razón