Sociedad

La calidad “milenaria” del aceite de Baena (Córdoba) inunda el mundo

Se tiene constancia de dos siglos del oro líquido de “excelsa calidad” amparada por la denominación de origen oleícola más antigua de España

Una cuadrilla trabaja entre olivos centenarios en la recogida de la aceituna
Una cuadrilla trabaja entre olivos centenarios en la recogida de la aceitunaSalasAgencia EFE

Se tiene constancia de que hace 2.000 años en la comarca de Baena ya se elaboraba aceite de oliva cuya “excelsa calidad”, amparada por la denominación de origen oleícola más antigua de España, inunda hoy día los mercados de todo el mundo.

Compuesta por más de 58.000 hectáreas de olivar, 19 almazaras, 21 envasadoras, más de 30 comercializadoras y 8.000 agricultores, la Denominación de Origen Protegida (DOP) de Aceite de Baena aglutina a las localidades cordobesas de Albendín, Baena, Cabra, Castro del Río, Doña Mencía, Luque, Nueva Carteya y Zuheros y, probablemente, sea la mayor zona productora del mundo.

El secretario general de la DOP de Aceite de Baena, José Manuel Bajo Prados, explica a Efe que se trata de la denominación “más plurivarietal” del mundo, con hasta 26 variedades distintas entre las que destacan la Picuda, principalmente, Hojiblanca, Picual, Lechín, Chorrúa o Pajarero.

El aceite de Baena llega hoy en día a todo el mundo, si bien los principales mercados son “Estados Unidos, los países de la Unión Europea, China, Japón y Asia, algo en Oceanía y en África y Sudamérica muy poquito”, subraya Bajo.

Una persona realiza una cata de aceite de la Denominación de Origen Protegida (DOP) del Aceite de Baena, pionera del sector en España. EFE/Salas
Una persona realiza una cata de aceite de la Denominación de Origen Protegida (DOP) del Aceite de Baena, pionera del sector en España. EFE/SalasSalasAgencia EFE

El perfil del consumidor fuera de España es el de una persona con “poder adquisitivo alto” debido a que el aceite de oliva de Baena “no se regala”, mientras que el nacional es de “clase media o media alta” y “muy preocupado por la salud y la calidad”.

Según los datos del Ministerio de Agricultura, la DOP de Baena fue la mayor comercializadora de España en 2020 con un total de 6.494 toneladas, de las que 2.888 se quedaron en el mercado nacional, 987 fueron a países de la UE y 2.619 a terceros países, lo que muestra la “enorme presencia” en el mundo.

Para este año, Bajo explica que la campaña de recogida será “un poquito más corta en kilos de aceituna que la pasada” con un “20 por ciento menos de producción” de media, si bien en kilos de aceite y “dado que los rendimientos son más altos” se espera una “merma de cosecha del 10 por ciento”.

Como a todo los sectores, la crisis sanitaria por el coronavirus ha afectado de forma importante. En el caso de la DOP de Baena se ha centrado en las “exportaciones de larga distancia”, aunque la merma se pudo compensar de alguna forma “con el mercado nacional y el europeo” ya que durante los confinamientos el consumidor “optó por productos de mayor calidad”.

Por otro lado, aunque los precios “están más estabilizados” se trata de un problema que “sigue ahí” y que persistirá hasta que la Unión Europea “ataque el asunto de la competitividad”.

“Vivimos en un mercado global y parece normas más exigentes es siempre para los mismos. En españa hay muchas normas que hay que cumplir y eso encarece la producción, mientras que terceros países no cumplen las normas, no tienen salarios dignos y cuenta con costes de producción más baratos mientras la UE no pone coto”, advierte Bajo.

En este sentido, Bajo se muestra “preocupado” por el hecho de que el debate sobre la Política Agraria Común se centre en el aspecto “económico” y las “subvenciones” cuando “realmente es más que eso” y debe apostar por “lo intangible”, es decir, el “valor del producto por su calidad que es lo que lo hace especial”.

Por ello, desde hace varias décadas la denominación de Baena se centra en generar una cultura entorno al aceite de oliva trabajando en “tres grupos diferentes” con diversos programas y actividades que “garanticen el futuro”.

“Se trabaja con los más pequeños ya que el futuro está en sus manos y si conocen las cosas buenas del aceite cuando sean mayores serán consumidores”, argumenta Bajo.

También se trabaja con los restauradores que son los que “nos dan de comer cuando estamos fuera de casa y son el gran escaparate para el público en general”, mientras que la última pata para generar esta cultura son los “futuros cocineros”, quienes “no tienen que ver el aceite como un coste, sino como una oportunidad”.

Y todo ello para garantizar en el futuro la calidad y las bondades de un aceite de oliva como el de Baena al que le esperan 2.000 años más de inundar su oro líquido por todo el mundo.