Conflicto

La invasión rusa impacta en el sector exportador almeriense

Las pérdidas podrían alcanzar el millón y medio de euros en un escenario con incertidumbres

Cultivo del tomate en un invernadero de Almería
Cultivo del tomate en un invernadero de AlmeríaEUROPA PRESSEUROPA PRESS

La guerra en Ucrania no ha tardado en tener consecuencias para la agricultura de Almería, que exporta casi la mitad de las frutas y hortalizas que llegan a esos países desde territorio español. Aunque desde 2014 el presidente ruso, Vladimir Putin, mantiene en vigor el veto a la importación de productos agrícolas europeos y, por tanto, almerienses, la provincia exporta más de 630 toneladas de hortalizas y 507 de frutas a Ucrania, lo que supondría aproximadamente el 1% de la producción total anual almeriense.

El conflicto bélico deja en el aire ese porcentaje y, por tanto, un valor económico que desde Coexphal, la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería, cifran en aproximadamente un millón y medio de euros. Juan Carlos Pérez Mesa, director de la Cátedra de la Universidad de Almería con Coexphal, señala que, aunque las cifras pueden parecer bajas respecto al global, el conflicto sólo asoma sus primeras consecuencias: «La repercusión es limitada, porque las cifras de exportación son pequeñas en este caso. Pero ya se están notando incrementos muy importantes respecto al precio del gas y sabemos que es un componente importante de los fertilizantes. Esto, junto a la nueva inestabilidad mundial, nos hace mantener un horizonte de nueva subida de los costes para los agricultores almerienses». De nuevo incertidumbre, pues no dará ventaja al campo que el gasoducto argelino entre por Almería, ya que la subida del petróleo y la energía tienen un eco inmediato en los insumos de los agricultores. Ya vivieron el año pasado un 30% de incremento en los gastos de producción y celebran por ello un calendario de reivindicaciones en la actualidad.

Pero la tensión internacional mueve también el mapa de los proveedores alimentarios y Almería tendrá que observar a qué nuevos competidores se enfrenta ahora. Rusia había expresado, antes de la invasión, su interés por aumentar la cuota de tomates importados desde Turquía en 50.000 toneladas, aumentándolas hasta las 350.000. Ante la nueva situación de confrontación y con las sanciones de las Naciones Unidas en marcha, se cierra el proveedor turco y existen dudas de cómo afectará también a los contingentes de verduras que recibían desde Marruecos. Nuevas interrogantes que se suman a un panorama de incertidumbre, como señala Andrés Góngora, responsable estatal de frutas y hortalizas de la organización agraria COAG: «Desde el punto de vista comercial, Ucrania no es un gran consumidor. Tiene bastante producción propia en el caso de las frutas y hortalizas, casi no compran de fuera. Ahí más o menos podemos estar tranquilos por el impacto para Almería. Pero para los sectores ganaderos sí se puede generar un grave problema, porque la mayor parte de las proteínas que se utilizan para la elaboración de piensos proceden, precisamente, de Ucrania. Proteínas como maíz, girasol, guisantes; pueden subir de precio y aumentar los costes de la alimentación ganadera».

Se alerta de una subida del precio de los piensos y el sector ganadero almeriense también se prepara para digerir el horizonte de subidas. También la patronal agraria Asaja advierte de que el 17% del trigo y el 30% del maíz que consumimos viene de Ucrania, lo que para el consumidor se puede traducir en fuertes subidas de productos como la harina o el pan.