Semana Santa
La lluvia empaña el Martes Santo en Andalucía
La mayoría de las cofradías se quedan en sus templos, salvo en Cádiz, Jerez y Huelva
Salvo en Cádiz, Huelva, Málaga y Jerez de la Frontera, donde sí salieron algunas cofradías, la lluvia empañó el Martes Santo en Andalucía. Fue una jornada en la que proliferaron los cabildos, las consultas a meteorología, los aplazamientos y los anuncios con las peores noticias. También alguna que otra salida con regresos precipitados por la aparición de la lluvia. El agua cayó en forma de chubascos intermitentes en toda la comunidad autónoma, frustrando las ilusiones de los cofrades. Las imágenes que se vivieron el Lunes Santo pesaron a la hora de decidir las suspensiones de las estaciones de penitencia.
En Sevilla, la primera hermandad que decidió no salir fue la del Cerro. En el barrio estaba todo dispuesto para recibir al Nazareno de la Humildad, al Cristo del Desamparo y Abandono y a la Virgen de los Dolores. El hermano mayor comunicó la mala noticia y en el exterior los vecinos aplaudieron. Es una de las cofradías con el recorrido más largo y salir hubiera sido una temeridad.
Posteriormente, se fueron sucediendo decisiones idénticas. San Esteban, la Candelaria, San Benito, el Dulce Nombre, los Javieres, los Estudiantes y Santa Cruz no arriesgaron y se quedaron en sus templos.
En Málaga, por la mañana, la Agrupación de Cofradías anunció el acuerdo de las seis cofradías de la jornada para retrasar sus salidas en una hora. También se modificaba el acceso al recorrido oficial para acortar itinerarios, ante la previsión de lluvia. La hermandad de Nueva Esperanza se echó a la calle y, poco después, comenzó a llover. Decidió volver a su casa hermandad de forma apresurada, arropada por sus hermanos y vecinos que aplaudían.
La otra cara de la moneda la ofreció Jerez de la Frontera, una de las ciudades donde más cofradías salieron. Lo hicieron Bondad y Misericordia, la Salvación, la Clemencia, Desconsuelo, los Judíos y el Amor. La única que decidió no salir fue la Defensión.
En la provincia gaditana la situación era más favorable que en Sevilla. En la capital, por ejemplo, salieron las hermandades de Jesús Caído, Columna y Ecce Homo. La Piedad y Sanidad suspendieron su salida ante los partes adversos.
En Granada se apuró mucho y finalmente la lluvia dio al traste con todo. La hermandad de la Lanzada, tras varios aplazamientos, decidió hacer estación de penitencia. Los hermanos se colocaron sus capirotes y la cruz de guía se situó en el dintel de la puerta. Justo cuando iba a empezar la procesión empezó a llover y la hermandad reconsideró su decisión. Se quedaban en su templo. Posteriormente, todas las restantes suspendieron su salida.
Huelva arriesgó. La primera en salir fue la Salud, seguida de la Lanzada. Por el contrario, en Córdoba el agua se encargó de frustrar las ilusiones de las cofradías que tenían previsto procesionar.
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