Agricultura
La guerra de Ucrania dobla la producción andaluza de girasol
El déficit por la invasión rusa y los precios al alza motivan que la producción en Cádiz pase de 55.000 a 90.000 hectáreas
Si recorremos las tiendas y supermercados de Andalucía, aún se aprecia que el aceite de girasol sigue brillando por sus desorbitados precios y, sobre todo, por su ausencia. Se trata de una realidad que, desde hace más de un mes, viene marcada por la invasión de Ucrania (primer productor mundial, con entre 8 y 9 millones de toneladas) y, no menos importante, el veto europeo al girasol ruso (segundo productor mundial). Este escenario de déficit y encarecimiento de precios, a la vista del desarrollo del conflicto, se podría prolongar más allá de esta campaña y la provincia de Cádiz, su agricultura (cuarta productora a nivel nacional), está llamada a jugar un papel importante para, al menos en parte, para solventar el notable descenso de cultivos de girasol.
Tal es así que, según las previsiones de Asaja Cádiz, el cultivo del girasol puede pasar esta campaña de 55.000 hectáreas a 80.000 o 90.000. Incremento que se sustentaría en el aprovechamiento de esas hectáreas que, debido a la ausencia de lluvias, no han podido ser plantadas de arroz y maíz y de los terrenos de barbecho en los que, gracias a la acción conjunta del Ministerio de Agricultura, asociaciones agrarias y cooperativas del campo, Europa ha autorizado el cultivo de forma excepcional.
«Nos encontramos ante una situación de excepcionalidad. Un escenario en el que, como le hemos trasladado a todas las cooperativas agrarias de la provincia, el girasol juega un papel protagonista. De ahí que las hayamos incentivado a apostar por un cultivo que parece que va a contar con muy buenos precios y que tanto en esta campaña como, previsiblemente, en la próxima no va a disponer de las sobresalientes aportaciones de sus dos grandes valedores, Ucrania y Rusia», apunta Pedro Gallardo, presidente de Asaja Cádiz.
«Hablamos de un cultivo que se da muy bien en la provincia de Cádiz, que es muy atractivo. Tanto es así que somos el cuarto productor a nivel nacional, pero con mayor rendimiento por hectárea que la provincia número uno en hectáreas cultivadas, Cuenca (le siguen Sevilla y Burgos)», señala Gallardo.
Al 50 por ciento de su siembra, «este año se ha retrasado por las condiciones climatológicas», las previsiones de Asaja son que «podamos alcanzar las 90.000 hectáreas de cultivo de girasol, casi el doble de lo habitual».
Este incremento de hectáreas se podría mantener la próxima campaña, «ya que, aunque se normalice la situación en Ucrania, algo que todos deseamos, no se sabe si van a poder disponer de semillas, tractores, etc. para volver al tonelaje de antes de la invasión», añaden desde Asaja.
De este modo, en cooperativas agrarias tan importantes como la de Villamartín, la gran mayoría de sus socios/agricultores está aprovechando la excepcionalidad para las tierras de barbecho dictaminada por Europa para plantar girasol, cultivo que en estas fechas representa casi el 50 por ciento de su producción.
«Ante la situación que se ha generado por la invasión de Ucrania, la mayoría de los agricultores se ha animado a incrementar el cultivo de girasol». «Circunstancia», aclara Nicolás , representante de la cooperativa, «que no deja de ser una apuesta, ya que ahora los precios son muy atractivos, pero no sabemos cómo van a estar cuando tenga lugar la recolección». En la misma línea ha actuado gran parte de los agricultores de otras cooperativas de la provincia, animados por la demanda del cultivo y las buenas previsiones de precios.
Girasol alto oleico
Además de esta situación del cultivo sobrevenida por la invasión de Ucrania, Pedro Gallardo señala que «las informaciones que nos llegan es que desde la industria molturadora existe un interés creciente para producir aceite de girasol alto oleico».
«Al parecer, el consumidor está demandando cada vez más este tipo de producto y aquí, en la provincia de Cádiz, contamos con unas excelentes semillas para dar respuesta a esa demanda», señala Gallardo.
Por último, el presidente de Asaja Cádiz denuncia que «lo que resulta inadmisible son las importaciones que estamos teniendo de aceite de palma, ya que hacen mucho daño a nuestros aceites de girasol y oliva. No puede ser que seamos el segundo país importador en Europa de dicho producto, siendo casi parejas las toneladas que importamos de palma que las que, en conjunto, producimos de girasol y oliva», concluye.
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