Elecciones andaluzas

La «amplia mayoría» que busca Moreno pasa por la Andalucía interior y el voto prestado

El PP deberá cosechar un buen resultado en las zonas rurales y recibir el apoyo de votantes socialistas desencantados para ensanchar su espectro electoral y gobernar en solitario

El objetivo del presidente en funciones de la Junta, Juanma Moreno, en las próximas elecciones autonómicas es «aglutinar una amplia mayoría en torno al proyecto político del cambio». La hegemonía electoral socialista quedó rota en los comicios de 2018 cuando, a pesar de la victoria del PSOE-A, el bloque de la derecha logró por primera vez la suma para gobernar. Los comicios del próximo 19 de junio servirán para comprobar si esa mayoría se asienta o si la fotografía de las últimas elecciones fue coyuntural.

Lo cierto es que Andalucía, la comunidad autónoma más poblada de España, es una región diversa desde el punto de vista electoral. En todas las elecciones autonómicas, salvo en 2012, ganó el PSOE. Ese año el PP obtuvo 50 escaños, frente a los 47 de los socialistas. Sin embargo, en 2018, con uno de los peores resultados de su historia, el PP logró acceder a San Telmo en coalición con Ciudadanos y con el apoyo del partido de ultraderecha. Los populares obtuvieron 749.275 votos y 26 escaños, 300.000 sufragios menos que en las anteriores elecciones de 2015. Este resultado fue ligeramente superior al alcanzado en 1990, cuando el PP tocó suelo con 611.903 votos y también 26 escaños. El candidato fue Gabino Puche. El PSOE cosechó en 2018 1.009.243 votos y 33 escaños, pero el bloque de izquierdas no alcanzó la mayoría.

Para aglutinar una amplia mayoría el PP tendrá que captar los votos de Ciudadanos –las encuestas auguran una fuerte bajada del partido naranja, en consonancia con lo ocurrido en las últimas citas electorales– y concentrar sufragios prestados de electores que tradicionalmente han apoyado al PSOE y que no se identifican con el nuevo proyecto socialista. Precisamente, Juan Espadas multiplicó su presencia en la zona oriental de Andalucía cuando se daba por hecho que las elecciones se convocarían en junio. Juega a su favor su perfil de gestor y dialogante. De hecho, en el Ayuntamiento de Sevilla pactó presupuestos con Podemos y Ciudadanos. Sin embargo, que haya sido alcalde hispalense levanta recelos en provincias alejadas de la capital, donde su figura política continúa siendo desconocida. Además, el secretario general del PSOE-A cuenta con el apoyo expreso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La victoria de Espadas en las primarias socialistas, y el proceso de elaboración de las listas electorales, han servido para enterrar definitivamente la etapa del «susanismo», pero la creciente inflación jugará en su contra.

Por tanto, la estrategia popular pasará por trabajar los tradicionales feudos socialistas, como es la Andalucía de interior. Una amplio espectro con numerosas zonas rurales, dependientes del sector primario y con una fuerte implantación socialista en el ámbito municipal.

Jaén, Huelva y Sevilla son los principales bastiones socialistas andaluces. En estas tres provincias el PSOE alcanzó casi el 30 por ciento de los sufragios en las elecciones de 2018, con comarcas especialmente entregadas a las siglas socialistas como el condado de Huelva o las campiñas sevillana o jiennense. Precisamente, uno de los últimos actos a los que acudió Moreno antes de anunciar la cita electoral fue la romería de la Virgen de la Cabeza, en Andújar. El presidente andaluz se dio un baño de masas y, a tenor de un vídeo que publicó en Twitter, las muestras de apoyo fueron constantes al salir en coche del Cerro del Cabezo.

El PP, sin embargo, lo tiene más fácil en los núcleos urbanos y en las zonas costeras. El bastión popular andaluz por excelencia es Almería, la única provincia donde ganó en las últimas elecciones autonómicas. Obtuvo el 27,24% de los votos, frente al 25,92% de los socialistas. El partido gestiona la capital almeriense y municipios muy poblados de la provincia como Roquetas de Mar. Málaga es otra provincia donde el PP tiene tradicionalmente un amplio respaldo, especialmente en la capital y en los municipios de la Costa del Sol. En las anteriores elecciones autonómicas se produjo un triple empate en este provincia: PSOE, PP y Ciudadanos obtuvieron cuatro escaños respectivamente. Ahora cuenta con un nuevo municipio popular, el de Torremolinos, tras la moción de censura que aupó a la Alcaldía a Margarita del Cid. Esta zona es, precisamente, un granero de votos populares. Está compuesta por núcleos urbanos con una fuerte implantación empresarial y con mucha actividad turística, con clases medias que con más o menos esfuerzos sobreviven al azote de la crisis.