Alhaurín de la Torre, crisol de colores

Más de medio millón de visitas o visualizaciones atesora a día de hoy en las redes sociales la gran cubierta de piezas de crochet que luce cada verano en una céntrica y comercial avenida de la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre, convertida no sólo en un icono visual sino en todo un reclamo turístico.

El trabajo es obra y mérito de un colectivo de mujeres que integra uno de los talleres municipales dedicado al ganchillo, una técnica milenaria, de las más antiguas que se recuerda, puesta en valor en los últimos tiempos y no sólo vinculada a las mujeres mayores sino a población cada vez más joven.

Son quince las voluntarias de este municipio del Valle del Guadalhorce que dedican su tiempo a confeccionar ese gran toldo tejiendo cada pieza manualmente con una aguja, y que se instalará en la calle Málaga a principios del mes de junio, después de meses de minuciosa dedicación.

“Están tan entusiasmadas que, aunque vienen varios días en semana a tejer al Ayuntamiento, se llevan incluso el material a su casa para seguir confeccionando y trabajando desde sus hogares”, nos cuenta Jessica Trujillo, concejal del Área del Mayor en el consistorio alhaurino.

La previsión es que la colorida cubierta pueda exhibirse en la céntrica calle Málaga de esta localidad de algo más de cuarenta mil habitantes a principios del mes de junio “cuando el calor comienza a ser asfixiante” y permanezca instalado hasta finales del mes de septiembre o principios del mes de octubre, una vez que hagan su aparición las primeras lluvias del otoño.

La gran lona, da cobertura a una superficie aproximada de quinientos metros cuadrados y un tramo de unos 60 metros de longitud de la citada vía pero además, como novedad, “este año se ha decidido por parte de las voluntarias que sea más ambicioso, y se amplía a una calle colateral”.

Es por ello por lo que no se descarta que en futuras ediciones, siempre y cuando sea viable, se siga ampliando la longitud de este gran tejido.

Una vez que se retire la instalación, a cargo de los servicios operativos del consistorio alhaurino, será el momento de “analizar minuciosamente los tejidos y determinar qué piezas se pueden aprovechar, porque algunas habrán sufrido los efectos del sol y no pueden reutilizarse, pero otras sí y se guardan para ser recicladas el año siguiente”.

Y es que el respeto por el medio ambiente está muy presente en la filosofía de esta iniciativa, “que surgió como algo espontanea para visibilizar lo que se hacía en ese taller” y que persigue, además de poner en valor prácticas saludables y necesarias como el reciclaje de materiales, “tener un impacto económico en el entorno, que aplauden los vecinos y empresarios de la zona”.

Y es que, según Trujillo, se consigue con esta original instalación “fomentar el comercio local y tradicional, de proximidad, que agradece sobremanera la repercusión que tiene para todos sus negocios el poder contar con algo tan visual que atrae continuamente a gente para conocerlo”.