Sociedad
La Blanca Paloma regresa, por fin, a casa
La Virgen del Rocío llegó a las 21:39 horas a su ermita poniendo fin a un traslado de 25 horas
Este domingo, 33 meses después, la Virgen del Rocío vuelve, vestida de Pastora, a su Santuario, a pie de la marisma de Doñana, ese que abandonó el 20 de agosto de 2019 para pasar siete meses en Almonte, que se han alargado casi tres años por la pandemia de coronavirus.
Después de la multitudinaria procesión de Reina el pasado domingo por la localidad almonteña, el martes la Virgen amanecía vestida con sus galas de Pastora para su regreso, el cual comenzaba a últimas horas de la tarde de este sábado, pasadas las 20:30 horas, cuando los almonteños se hicieron con la imagen, que los esperaba sobre parihuelas en el altar de la parroquia de la Asunción, y tras el rezo de la salve la sacaban a hombros despertando el fervor de todos los que se dieron cita en este momento inicial del traslado.
A partir de ahí un paseo de más de ocho horas, de nuevo por las calles del pueblo, que servía de despedida y agradecimiento por una hospitalidad que ha devenido mucho más larga de lo habitual y que concluyó en el parque de El Chaparral.
Allí, la esperaba un templete donde sus camaristas cubrieron con un pañito y un capote su rostro, cabeza y torso, para protegerla del polvo del camino de los quince kilómetros que separan Almonte de la aldea del Rocío.
Eran pasadas las 6:30 horas cuando la imagen enfilaba el Camino de los Llanos y ponía rumbo a casa, siempre arropada por un hervidero de gente que la ha querido acompañar en este regreso esperado y anhelado por la familia rociera.
Kilómetros de senda están dejado a su paso estampas únicas, cargadas de espectacularidad, pero, sobre todo de devoción y emoción, las de todos aquellos que lo están viviendo en primera persona bien con la expectación de ser la primera vez, bien con la nostalgia de que quizás sea la última o con el simple deseo de tenerla cerca, de sentirla y vivirla de nuevo en su sencillez.
Y entre ese río de gente las ‘Abuelas Almonteñas’, admiradas por tantos por el privilegio de portar en sus manos los enseres de la Blanca Paloma, y que siempre la acompañan.
Unas estampas que se han completado con sonidos, los de las salvas de escopetas, especialmente autorizadas, de las palmas, los vítores y las plegarias hechas cantes por sevillanas.
Pese a esa gran afluencia de personas no se están registrando incidencias destacables y “todo está transcurriendo con normalidad”, según ha indicado Macarena Robles, la concejala del Rocío y coordinadora del Plan Venida.
“Estamos encima de las miles de personas que se han desplazado a este traslado, al camino; les estamos entregando miles de botellas de agua y la gente está respondiendo muy bien a todas las normas y regulación que hemos hecho”, ha señalado, precisando que, por el momento, “podemos hacer un balance muy positivo”.
La Virgen del Rocío ha llegado a su Santuario en la aldea de El Rocío a las 21:39 horas, después de 25 horas de un traslado que se ha desarrollado sin incidencias destacables y que ha contado con la asistencia de cientos de miles de personas que han querido vivir en primera persona este ansiado regreso.
Todo comenzaba ayer a las 20:34 horas cuando los almonteños se hacían con la Virgen, vestida con su traje de pastora, y la sacaban de la Parroquia de la Asunción de Almonte (Huelva) donde ha permanecido, de manera extraordinaria por la pandemia, un total de 33 meses en vez de los nueve que debería de haber estado en circunstancias normales, tras la Venida de agosto de 2019.
A las 6:30 horas, después de diez horas de paseo por el pueblo, ponía rumbo a su aldea, a hombros de los almonteños, arropada por multitud de fieles, y tras ser cubierta por las camaristas con un capote y un pañito para protegerla.
Así, tapada para impedir que el polvo la dañara, la imagen enfiló el Camino de los Llanos iniciando el camino de 15 kilómetros que la separaban de la aldea de El Rocío.
Al atardecer, pasadas las 19:38 horas tras 23 horas de traslado, la Virgen ha sido posada en el templete instalado al final de dicho Camino de los Llanos, ya en su aldea; una aldea que como ocurriera con Almonte, ha estado especialmente engalanada para la ocasión con girnaldas y arcos de flores de papel.
Allí las camaristas le han retirado el capote y el pañito entre las palmas, vivas, vítores y cantes de los miles de personas presentes y unos minutos más tarde la imagen ha vuelto a ser bajada para completar el final del traslado, la distancia que la separa de su Santuario, por las calles principales de la aldea.
En ellas han seguido repitiéndose los momentos de emoción y devoción, las plegarias hechas cantes por sevillanas, o los tradicionales ‘vuelos’ de los niños aproximándose a ‘Ella’ para obtener su protección.
A las 21:39 horas, la Virgen del Rocío, entre un intenso repique de campanas y salvas de escopeta, ha cruzado el dintel de su ermita, dos años después de lo previsto, y, minutos después los almonteños la posaban en el altar ante el fervor desatado de todos los que estaban en su interior.
Allí, en los próximos días será entronizada y vestida de Reina para, el próximo día 6 de junio -Lunes de Pentecostés-, salir de nuevo en procesión en el que será el momento culmen de la celebración de la Romería del Rocío que tras dos años de suspensión por la pandemia se vivirá con más intensidad que nunca y con esa necesidad de reencuentro que tiene el mundo rociero.
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