Málaga no olvida a Martín Carpena en el aniversario de su asesinato por ETA

Igual que cada 15 de julio desde 2000, Málaga volvió a rendir homenaje a José María Martín Carpena, el concejal del PP a quien la banda terrorista ETA arrebató la vida cuando salía de su casa con su mujer Elvira y su hija Mariché, que entonces tenía diecisiete años. Él tenía cincuenta cuando, pasadas las nueve y media de la noche, se disponía a asistir al pregón de la Biznaga en el distrito Carretera de Cádiz, del que era edil. Hasta seis veces disparó contra él el etarra Jon Igor Solana Matarrán.

Apenas tres años antes, Martín Carpena había sido nombrado concejal en sustitución del actual presidente de la Junta de Andalucía en funciones, Juanma Moreno, que abandonó su acta en la Casona del Parque para ejercer como diputado en el Parlamento andaluz. En 1999 revalidó el cargo como concejal. Era el número quince en una candidatura que obtuvo diecinueve ediles.

Tras su asesinato, miles de malagueños participaron en los actos de duelo organizados por el Ayuntamiento, en cuyo interior se instaló la capilla ardiente. El funeral, oficiado en la Catedral, contó con la presencia del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar. Un día después, más de 300.000 ciudadanos se echaron a la calle para expresar su total repulsa contra el vil asesinato terrorista que consternó no sólo a la sociedad malagueña y tornó de luto y dolor la fiesta marinera de la Virgen del Carmen, sino a todo el país.

De José María recuerdan sus entonces compañeros de Corporación que era «bueno, noble, humilde, y servicial, con una desmedida vocación de servicio público». Una persona «absolutamente familiar, cercana, amigo de sus amigos», a quien no importaba que se comulgara o no con sus ideales, «porque siempre tenía un sí y una sonrisa para los suyos, e incluso más para los que pudieran ser considerados adversarios políticos».

Nadie en su familia tenía vinculación con la política. Tampoco quiso tenerla su única hija, periodista de profesión. Ella y su madre reviven cada 15 de julio el horror y el pánico que vivieron en aquellos terribles momentos que no podrán olvidar en su vida.

En el popular Parque de Huelin se erigió en 2003 un busto en bronce que mantiene viva la figura de Martín Carpena. Decenas de malagueños se dan cita cada año en la ofrenda floral, entre ellos Elías Bendodo, su sustituto en el Ayuntamiento tras su muerte.

Además de la estatua, el otro gran recuerdo permanente es el Palacio de los Deportes que lleva su nombre. Y junto al mayor pabellón deportivo del sur de España, un mural de piedra de los ceramistas Miguel Ángel Jareño y Beatrice Morales también en su honor.