Investidura

Un nuevo tiempo en Andalucía para crecer desde la serenidad

Día 1 del nuevo mandato de Juanma Moreno, investido presidente con el respaldo de los 58 diputados populares y la «afectuosa» abstención de Vox

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, tras ser investido en el Parlamento
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, tras ser investido en el ParlamentoJulio MuñozAgencia EFE

Tras un intenso debate parlamentario, marcado por la ola de calor que viene azotando intensamente, a las 18:48 horas de ayer Juanma Moreno revalidó el cargo de presidente de la Junta de Andalucía. Lo hizo gracias a los votos de los 58 diputados populares que cosechó su partido en las elecciones del pasado 19 de junio. Los partidos de izquierda –PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía– votaron en contra y Vox se abstuvo, de forma «afectuosa», como aseguró Macarena Olona en el momento de la votación. Este gesto del partido de Abascal augura un cierto acercamiento con el PP durante la legislatura. En la anterior fue fundamental su apoyo para la coalición PP-Cs, un respaldo que quedó roto en los meses finales hasta el punto de tumbar los Presupuestos. Pero ahora el presidente andaluz se enfrenta a un panorama totalmente distinto, con una mayoría absoluta que le permitirá gobernar con comodidad y con estabilidad.

Nada más concluir la sesión, el presidente atendía a los medios «emocionado» por «hacer realidad un sueño personal» que dijo tener «desde pequeño» y, al mismo tiempo, aseguró sentir «mucha responsabilidad». «No tengo varitas mágicas y sé que llegarán momentos complicados, pero tengo fe en los andaluces y haré el mejor Gobierno posible para amortiguar los problemas que tengamos en el futuro», proclamó.

Moreno no esperaba la abstención de Vox, algo que dijo que «siempre es positivo», aunque «me hubiese gustado sumar más adhesiones». «Hemos dado una lección política al resto de España. En muy pocos parlamentos, ni mucho menos en las Cortes Generales, se siente un clima de serenidad y sensatez como hoy aquí; es un ejemplo de política útil y educada que debemos exportar al resto de España», concluyó.

Comienza ahora el segundo mandato de Moreno al frente de la Junta. Lejos queda ya aquella sesión de investidura de enero de 2019, cuando se convirtió en el primer presidente andaluz no socialista. El cambio político se iniciaba en la comunidad autónoma, contra todo pronóstico, tras 37 años de hegemonía del PSOE. El 19-J ha venido a afianzar ese cambio político, aunque con un respaldo mucho más amplio para el PP. Sin embargo, Moreno viene apelando al diálogo a pesar de la mayoría absoluta conseguida. La directriz es la de consensuar al máximo las medidas y leyes que llegarán al Parlamento. Una apelación que reiteró a los portavoces parlamentarios, con más o menos aceptación.

La segunda sesión de investidura se desarrolló con un buen tono, con felicitaciones a Moreno por su victoria electoral, pero con reivindicaciones heredadas de la anterior legislatura y otras nuevas, centradas en su mayoría en la crisis económica que se otea en el horizonte. El presidente andaluz puso de relieve su política económica y fiscal, además del «impulso» de su Ejecutivo a los servicios públicos como la sanidad y la educación, de los que dijo que están «mejor» que con los anteriores gobiernos socialistas. La bajada de los impuestos ha sido santo y seña del Gobierno del cambio. En este sentido, reprochó a la izquierda que «le guste subirlos» y se mostró convencido de que la bajada que prevé aplicar en la actual legislatura «aumentará» el empleo y el desarrollo económico, además de atraer a los inversores.

Moreno puso especial ahínco en la política energética. En este sentido, se comprometió a convertir Andalucía en una «potencia» en renovables para no depender de «dictaduras crueles que nos chantajean» con la dependencia energética. Junto a ello, aseguró que buscará una solución «viable» para garantizar la conservación de Doñana, para lo que ofreció diálogo y acuerdo a los grupos parlamentarios.

Juan Espadas emplazó a Moreno a desarrollar una «rendición permanente de cuentas» en el Parlamento y a que no «bloquee» la «acción» de la oposición al Gobierno que el líder del PP-A volverá a encabezar tras su investidura, al tiempo que le ofreció alcanzar «cinco pactos» sobre cuestiones como los fondos europeos y la financiación de servicios públicos básicos como la educación y la sanidad, y sobre dependencia, así como en relación a medidas frente a la inflación.

Por su parte, Macarena Olona dijo a Moreno que tendrá en ella y en su formación una «oposición leal y con mano tendida, vigilante, firme y sin complejos», y sin que ello equivalga a ofrecerle «cheques en blanco». Su grupo «se va a empeñar» en que el nuevo Gobierno «no sea rehén de sus titubeos, complejos o miedos», y tenga la «determinación que Andalucía necesita ahora de nosotros». «Estaremos a su lado mientras se mantenga al lado de los andaluces, pero si les da la espalda y los abandona, nos tendrá enfrente, liderando con mucha humildad la oposición», agregó.

Con un tono muy moderado durante toda su intervención, la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, reconoció a Juanma Moreno que le gusta cómo ha afrontado esta mayoría absoluta, «pasando del rodillo al diálogo», y aunque reconoció que tienen diversos pareceres a la hora de afrontar los problemas, recuperó una idea sobre la esencia de la democracia misma: «El disenso honesto». De hecho, le señaló dentro de las «tareas prioritarias» presentar un plan que palie la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y también luchar contra la pobreza en la comunidad.

Y por el grupo mixto Adelante Andalucía se presentó Teresa Rodríguez en el Parlamento enarbolando la bandera del andalucismo, que pretenden aplicar en pequeñas «dosis» cada semana. Dibujando un panorama muy sombrío para Andalucía, dijo plantear una necesaria lucha con el «extractivismo». Según Rodríguez, en Andalucía «nos regalamos» por esperar o favorecer la inversión foránea. Lo mejor que dijo de Juanma Moreno es que «proyecta una imagen alejada del odio» que le ha permitido ganar las elecciones en medio de la «crisis de identidad de la izquierda». La sanidad y la educación están peor de lo que estaban con Susana Díaz, según Adelante, para terminar recriminándole que el «milagro económico andaluz solo está en su cabeza».

Una toma de posesión a pie de calle

El pasado 19 de junio, cuando cerraron los colegios electorales y se barruntaba la victoria del PP, muchos pensaban que el candidato popular y finalmente vencedor, Juanma Moreno, se iba a asomar al balcón de la sede del partido, en la calle San Fernando de Sevilla, para agradecer el apoyo conseguido. No fue así. Se instaló una tarima a pie de calle, donde Moreno dio su discurso rodeado de dirigentes y militantes populares para dar una imagen de cercanía a pesar de la mayoría absoluta conseguida. Bajo la misma premisa se está organizando la toma de posesión del presidente andaluz, que tendrá lugar el sábado a las 9:30 en la explanada delantera del Palacio de San Telmo. Será el primer acto de este tipo que se celebra fuera del Parlamento andaluz desde 1994. Estará amenizado por la orquesta de la Fundación Barenboim-Said. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, asistirá al acto, al que están invitados otros presidentes autonómicos, como la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. También asistirán representantes del Gobierno central.