Religión

“Los antisistema somos ya los católicos”, dice estudioso del Nuevo Testamento

José Ribas Alba es el autor de una investigación sobre la historicidad de los personajes de los Evangelios

Detalle de la misa del XXV Aniversario del nombramiento de la UPA como Hermana Honoraria del Cerro del Águila en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, a 21 de septiembre de 2022 en Sevilla
Detalle de la misa del XXV Aniversario del nombramiento de la UPA como Hermana Honoraria del Cerro del Águila en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, a 21 de septiembre de 2022 en SevillaJoaquin CorcheroEuropa Press

El profesor de Derecho Romano de la Universidad de Sevilla José Ribas Alba, autor de la investigación sobre la historicidad de los personajes de los Evangelios titulada “Historia desconocida del Nuevo Testamento” (Almuzara), ha dicho a Efe que, en la sociedad actual, “los antisistema somos ya los católicos”.

“En España ser católico ahora mismo es una rareza, somos una minoría, para muchos somos como bichos raros y ya son menos los niños que se bautizan que los que no se bautizan”, ha señalado el profesor, también autor, entre otros, de los ensayos “Prehistoria del Derecho”, sobre la existencia de normas jurídicas anteriores a la escritura, y de “Proceso a Jesús”, sobre la legalidad de los trámites procesales que acabaron con la muerte de Jesús en la cruz.

“Los católicos son un grupo a la defensiva y, como católico esto no lo digo con orgullo sino con pesar, y la doctrina de la Iglesia es maltratada en casi todos los ámbitos, también por los sectores denominados progresistas de la Iglesia, que consideran que esta doctrina ha de adaptarse a la posmodernidad, cuando la Iglesia es una institución tradicional”, ha añadido el profesor, quien en su último estudio ha tratado de fundamentar datos históricos de los Evangelios.

Ribas Alba tampoco ha descartado algunas hipótesis, alguna basada en conclusiones de especialistas en la denominada “astronomía histórica” que, mediante programas informáticos, pueden llegar a reproducir cómo se veía el cielo desde determinado punto del Planeta un día concreto de hace dos mil años.

Según esas reproducciones de “astronomía histórica”, el 17 de junio del año 2 antes de Cristo hubo una conjunción de Júpiter y Venus que fue claramente visible desde la zona geográfica de Palestina, con lo cual, para el profesor, “se puede defender” esa fecha como la del nacimiento de Jesús en consonancia con la tradición marcada por la estrella de Belén, más aún en un periodo histórico en el que los Planetas eran considerados estrellas.

Ribas Alba, que sostiene que numerosos datos del Nuevo Testamento “son consistentes desde el punto de vista histórico y no obedecen a una elucubración o un mito, rechaza como fuente histórica los denominados “Evangelios Apócrifos” no sólo por ser “muy posteriores” a los canónicos sino por el desnivel cultural que suponen con respecto a ellos, ya que los ha considerado muy inferiores.

Igualmente ha descartado el profesor que el contenido de los manuscritos de Qumrán, también conocidos como los manuscritos del Mar Muerto, guarden alguna relación con la figura histórica de Jesús, ya que ni se le alude en ellos ni Jesús tuvo relación alguna con la secta de los esenios que, ha añadido Ribas Alba, se apartan y se ocultan cuando la actitud del crucificado fue mantener su vida pública aún consciente del final que le aguardaba.

Ribas Alba sostiene que también “se puede defender” la amistad de Pablo de Tarso con Séneca no sólo porque sean coetáneos y por la formación estoica de Pablo, sino porque éste conoció personalmente al hermano mayor del filósofo, que fue procónsul romano.

Sobre el epistolario entre Pablo y Séneca, Ribas Alba admite que al menos dos de estas cartas son falsificaciones, pero argumenta en sentido opuesto que San Jerónimo aceptó la “historicidad” de estos textos que, en definitiva, ha considerado como simples, sucintos y carentes de contenido teológico.

“Fariseo” y “apocalíptico” son dos de los términos del Nuevo Testamento que han hecho más fortuna en el lenguaje común, pese a que el ‘Apocalipsis’, el único libro profético, ha sido calificado como “un libro complejo” por Ribas Alba, quien lo ha considerado “más leído fuera que dentro de la Iglesia” e, históricamente, lectura predilecta de sectas y de movimientos revolucionarios. Sobre la, al menos aparente, aridez de un estudio historicista como el suyo, el profesor ha señalado con humor que “transgredir dogmas hoy día carece de cualquier mérito porque están todos transgredidos”.