El Bloc

Il sacco di Roma (2)

El turismo de masas es una actividad todo lo lucrativa y benéfica que se quiera, sí, pero debe embridarse con más rigor

Barrenderos trabajan en retirar las toneladas de basuras generadas por la afición bética en Roma
Barrenderos trabajan en retirar las toneladas de basuras generadas por la afición bética en RomaMASSIMO PERCOSSIAgencia EFE

Que toda la Humanidad es una sola raza lo demuestra el pestazo que aturde pituitarias y almas cuando una horda de bípedos implumes se junta con actitud festiva, sea con el motivo que sea: concierto, despedida de soltero, evento deportivo o procesión de Gloria… siempre termina la vía pública hecha un vertedero y el aire contaminado por el empeño de los antisociales en aliviar sus vejigas en cualquier rincón. El sevillanito rancio –valga la redundancia– hiperventiló cuando las aficiones de Glasgow y Fráncfort, cuando disputaron sus equipos la final de la Europa League, rociaron con orines y basura el centro de la ciudad. «Bárbaros septentrionales», debió pensar, «apóstatas de la religión verdadera». Pero el jueves, ay, la muy católica hinchada bética emuló el saqueo de la ciudad eterna de los mercenarios de Carlos I (de España) para sembrar el caos en el barrio de Trastevere, donde los ultras se dedicaron a las labores propias de su incurable gilipollez, y toneladas de detritus en la Piazza del Popolo, devenida en botellódromo para la ocasión. (Nadie quiera ver fantasmas partidistas donde no los hay: pocas peñas radicales del Viejo Continente igualan el prontuario delictivo de los que acampan en el Sánchez-Pizjuán). La cuestión es que el turismo de masas –y nada se ajusta mejor a esta definición que los desplazamientos futboleros– es una actividad todo lo lucrativa y benéfica que se quiera, sí, pero que debe embridarse con más rigor porque del asco al drama media un trecho muy corto: el que puede recorrer un borrachuzo cuando le permiten envalentonarse más de la cuenta. La receta más eficiente, a falta de un sistema educativo que romanice a los bárbaros, es sacar a la policía a la calle para que multe a gogó. Y si alguna actriz de moda se pone flamenca, al cuartelillo con ella.