Andalucía

Juanma Moreno recalca la distancia con Vox cuatro años después de la investidura

El presidente andaluz sale al paso de la polémica con el aborto en Castilla y León y recuerda que el partido de ultraderecha y el PSOE «se necesitan y se retroalimentan»

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante la firma del convenio de financiación de la base logística de Córdoba. JUNTA DE ANDALUCÍA
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante la firma del convenio de financiación de la base logística de Córdoba. JUNTA DE ANDALUCÍAJUNTA DE ANDALUCÍAJUNTA DE ANDALUCÍA

Un 16 de enero de hace cuatro años Juanma Moreno fue investido presidente de la Junta de Andalucía en primera votación gracias a los apoyos de Cs y Vox. Mañana 18 de enero hará un cuatrienio de su toma de posesión como séptimo presidente en la etapa democrática. Durante todo este tiempo, uno de los objetivos, y de los éxitos, de Moreno ha sido marcar un perfil propio sin que el apoyo del partido de Abascal, ahora innecesario con la mayoría absoluta, minara su discurso centrista. El aniversario llega en una tesitura en la que desde el PSOE se ha vuelto a poner el foco en las relaciones con Vox, esta vez en relación a Castilla y León y el aborto de fondo. «El presidente (Fernández Mañueco) lo explicó de manera clara y meridiana. No estamos hablando de ninguna obligación sino que es algo absolutamente voluntario a pesar de lo que están diciendo algunos portavoces en el propio Gobierno. Lo que quiero dejar claro es que la sensación que yo tengo es que tanto Vox como PSOE se necesitan y se retroalimentan buscando polémicas que a veces son completamente estériles. Lo que pido a ambas formaciones es un poquito de serenidad y rigor en los planteamientos que están haciendo», señaló.

Moreno zanjó la polémica indicando que «Vox está en su derecho de reclamar lo que considere oportuno como hacen otras formaciones en otros ámbitos pero Vox no preside la comunidad». Las palabras de Moreno ponen tierra también con la opinión del portavoz popular en la Diputación de Huelva, Juan Carlos Duarte, que aseguró vía Twitter que «en Castilla y León quieren evitar asesinatos» y que «el aborto no es un derecho. Que se lo pregunten al niño que matan». Después de sus tres primeros años de Gobierno con el apoyo parlamentario de Vox –en mayor o menor medida, según la estrategia nacional del partido de Abascal–, Moreno ha llegado a su cuarto ejercicio de mandato sin necesidad de los votos de la ultraderecha y habiendo salvado anteriormente cualquier estigma relacionado con el pacto externo, como prueba su valoración demoscópica y los resultados electorales. Moreno, en este tiempo, se ha afianzado como un líder centrado y centrista.

La estrategia de Moreno ha pasado por ensanchar las costuras del centro, al punto de que hasta dirigentes socialistas como Javier Lambán han recalcado el liderazgo de Andalucía. También ha llegado a pactos por la financiación como con el también socialista presidente de la Comunitat Valenciana Ximo Puig. Cabe recordar que el presidente andaluz llegó a ser invitado por la Fundación Felipe González a un evento por los 40 años de la victoria socialista, aunque los problemas de agenda, precisamente de Lambán, propiciaron que el debate en el que estaba prevista la presencia del líder del PP-A se suspendiera (tras cierta polémica por su participación desde el entorno actual tanto de Ferraz como de la calle San Vicente). La victoria del PP en Andalucía desde la convergencia ideológica no ha hecho rehenes, lo que ha llevado incluso al PSOE a respaldar un supuesto «giro al centro» de Espadas para tratar de paliar la captación del voto por parte de Moreno. De esa estrategia del socialismo andaluz directamente se ha pasado en la actualidad a intentar justificar las diferentes decisiones adoptadas desde Moncloa –como la reforma de la malversación, eliminación de la sedición, ley del solo sí es sí– de cara a las elecciones municipales.

El presidente andaluz, sobre todo tras la pandemia, se ha ganado el afecto ciudadano, como se aprecia también periódicamente a través de las redes de Moreno en una estudiada estrategia de comunicación. De hecho, una de las principales críticas de la oposición es el gasto en estas partidas. Entre medias, con el PSOE profundizando en su suelo y las izquierdas ocupadas fagocitándose, Moreno ha condenado a la irrelevancia en Andalucía a Vox y ha absorbido por la vía de los hechos a Cs –que hace cuatro años rozó el sorpasso–, con el fichaje de su altos cargos. En Andalucía, lejos de las tensiones de Castilla y León, Vox ha pasado de tirar los Presupuestos andaluces a tender en cada Pleno la mano a Moreno para desalojar a Pedro Sánchez. Cuatro años después, Moreno ha pasado de la defensa del centro a la hegemonía.