Las gasolineras «low cost» no creen que haya escasez de diésel

La Asociación de Gasolineras Libres de Andalucía (AGLA) no cree que, «a corto plazo», pueda haber un desabastecimiento generalizado de diésel tras la entrada en vigor este domingo del veto de la Unión Europea al petróleo ruso. El presidente de esta organización, José Cortés, apunta en declaraciones a LA RAZÓN, que espera que no se llegue al extremo de que falte combustible en las estaciones de servicio aunque en el momento en el que el «diésel ruso se corte», sí se notará «seguro» en el precio.

Hay que recordar que en junio de 2022, el Consejo Europeo adoptó el sexto paquete de sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania. Entre otras medidas, se decidió prohibir la compra, importación o transferencia de petróleo crudo por vía marítima y determinados productos petrolíferos de Rusia a la UE. Las restricciones comenzaron a aplicarse el 5 de diciembre de 2022 para el petróleo crudo y a partir del 5 de febrero de 2023, este domingo, para otros productos petrolíferos refinados.

Durante el mes de enero, el precio medio del diésel ha subido ligeramente en España. En la última semana, se ha incrementado un 0,93%, hasta los 1,70 euros, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Ep. Pese a las sanciones a Rusia, las gasolineras «low cost» no creen que se traslade un incremento importante al consumidor con efecto inmediato. El presidente de AGLA entiende que la subida será «paulatina» porque ha habido capacidad de almacenamiento suficiente, aunque la tentación es que se convierta en la «excusa perfecta» para que se incrementen los precios.

Pese al incremento de precios generalizados durante 2022, la demanda de gasolina y de diésel no ha disminuido en España. Según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), el consumo de carburantes de automoción aumentó el 3,1 % durante 2022, hasta los 27,92 millones de toneladas. En concreto, las gasolinas aumentaron tanto respecto a 2021 (+9,7%) como a 2019 (+6,9%), mientras que la venta de gasóleos de automoción aumentó respecto a 2021 (+1,5%) pero descendió comparado con 2019 (-5,5%).

Con respecto al consumo de diésel en las provincias andaluzas, el último dato publicado por Cores corresponde al mes de noviembre. El total en España fue de 1.819.552 toneladas de gasóleos de automoción (principalmente diésel) de los que 286.754 correspondían a Andalucía. Sevilla, con 57.127 toneladas y Málaga, con 48.275 lideraban esa clasificación. Le siguen con consumos similares Granada (32.882 toneladas); Cádiz (32.406); Almería (31.186); Jaén (30.024); Córdoba (30.001); y Huelva (24.852).

La tendencia este año, pese a que ya no existe de manera generalizada la bonificación de los 20 céntimos por litro –solo se mantiene para los profesionales de los transportes, de la agricultura, de la pesca y el sector naviero–, es similar. José Cortes señala que las ventas en enero «generalmente no son buenas» pero el descenso es «similar al del año pasado» por lo que ni la subida anunciada del diésel mermará significativamente la demanda porque «las personas necesitan sus vehículos para trabajar».

Como ha ocurrido internacionalmente, las relaciones comerciales entre Andalucía y Rusia han sufrido un deterioro como consecuencia de la guerra, si bien es cierto que nunca ha sido uno de los principales mercados para las empresas de la comunidad. Así, en 2021, el último año de normalidad antes de la guerra, según datos de Extenda, las exportaciones de Andalucía a Rusia alcanzaron 201,9 millones, el 0,5 % del total de las ventas. Las empresas andaluzas vendí allí sobre todo materias primas como minerales y productos de alimentación como aceitunas y aceite de oliva. De hecho, en el global de mercados para las empresas exportadoras andaluzas, el país euroasiático ocupaba entonces el puesto 26.

En el caso de las importaciones que realizó Andalucía a Rusia ascendieron a 517,8 millones, el 1,6 % del total de lo importado. en este caso, sobre todo productos energéticos como el petróleo y sus derivados. El 82%, más de 428 millones, eran combustibles y aceites minerales.

El resto de las compras se repartían en fundición, hierro y acero (29 millones, 5,7%), pescados y crustáceos (17 millones, 3,3%), abonos (10 millones, 2%) y azúcares y artículos de confitería (8 millones, 1,6%). En concreto, el país presidido por Vladimir Putin era el séptimo importador de petróleo.