
Fin del monopolio
Afectados por la «mafia del taxi» en Sevilla: «Todos les temían»
Conductores han venido sufriendo amenazas por parte de una «organización criminal» que se hizo fuerte en el aeropuerto

Sevilla es la única gran capital de España que no dispone de conexión ferroviaria entre el aeropuerto y el centro de la ciudad. Una circunstancia que ha convertido la terminal en un suculento botín para los taxistas, lo que ha propiciado una serie de prácticas mafiosas durante más de 20 años por parte de un grupo de conductores que monopolizaba la parada más codiciada. Ahora, la Policía Nacional y la Justicia han asestado un duro golpe a la denominada «mafia del taxi», con la detención de 18 conductores vinculados a la asociación Solidaridad Hispalense.
Las prácticas de este grupo son bien conocidas por los profesionales del sector, por los conductores de VTC e incluso por la Policía. Amenazas a los taxistas que osaban acudir al aeropuerto a recoger clientes, roturas de cristales y carrocerías rayadas, lanzamiento de objetos, insultos, coacciones... «Se hicieron fuertes y todos les temían», asegura a LA RAZÓN un taxista que presenció no pocos episodios violentos y que lleva años escuchando testimonios de compañeros en el mismo sentido. «Ya era hora de que la Justicia actuase. No hay derecho de que sólo ellos tuvieran el privilegio de trabajar en el aeropuerto, que en los últimos años ha aumentado el número de conexiones y se han multiplicado los pasajeros», asegura este conductor.
A su juicio, «todos hemos salido perdiendo con este problema: el gremio del taxi, el Ayuntamiento, la ciudad y los clientes», y clama por la instauración de un turno rotatorio –ya acordado en el seno del Instituto del Taxi– que permita a todos trabajar con garantías en la terminal, que continúa en constante crecimiento.
Los conductores de VTC también han sufrido la furia de esta «organización criminal», en palabras de la jueza. Según su relato, cuando empezaron a operar en el aeropuerto aparcaban sus vehículos, se dirigían a recoger a los clientes a la terminal y cuando volvían los coches estaban rayados e incluso con las ruedas pinchadas. Esto obligó a cambiar el protocolo. Desde entonces, los conductores indican a los clientes el punto exacto donde estarán estacionados en el aparcamiento de la terminal de llegadas, lo que obliga a no dejar el coche solo en ningún momento. Sin embargo, las amenazas y los conflictos son constantes. La tensión se palpa en este recinto, codiciado por un grupo que lo ha hecho suyo con la connivencia de los poderes públicos.
Las actuaciones las ha dirigido el Juzgado de Instrucción número cuatro de Sevilla y entre los detenidos, ahora en libertad y con órdenes de alejamiento, figuran el actual líder de la Asociación Solidaridad Hispalense del Taxi, Antonio Velarde, y otros miembros de la directiva de la entidad. Esta operación, denominada «Aertase», cuenta con un precedente en 2021. Entonces, el Juzgado de Instrucción número ocho de Sevilla ordenaba continuar por el trámite del procedimiento abreviado la causa incoada contra 27 taxistas de la asociación, por presuntos delitos de organización criminal, coacciones y daños para acaparar la parada de taxis del aeropuerto. Según la magistrada, la entidad sería «una verdadera organización criminal, un grupo perfectamente estructurado y jerarquizado a cuyo frente se encuentra» el entonces presidente Enrique Filgueras «y tras este los demás miembros de la directiva, quienes vienen recibiendo instrucciones e indicaciones directas de este», para «un monopolio del servicio de taxis en el aeropuerto de Sevilla».
En los registros realizados en la sede de la asociación en la terminal, los agentes encontraron anotaciones que conformaban un código sancionador propio, con multas por perder la vez en el túnel o por no acudir a manifestaciones, y fotografías de agentes y de vehículos policiales que actuaban con frecuencia en las instalaciones.
«Se han encontrado cartas de sanción con la máxima pena que tipifican cuál es la de la expulsión por motivo de no asistir a una concentración o por motivo de haber faltado a una movilización», determinaba la jueza en un auto, según la cual «la propia naturaleza de las sanciones impuestas pone de manifiesto el dominio y uso exclusivo que de la parada del aeropuerto realiza la asociación, hasta el extremo de que todas las sanciones van referidas a la prohibición de cargar en la parada del aeropuerto, no del ejercicio general de la actividad ni de ningún otro extremo, lo cual pone claramente de manifiesto que tienen el dominio y uso exclusivo de la misma». Todos los Gobiernos locales –salvo el actual– eran conocedores de estas prácticas sin que plantearan soluciones efectivas.
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