Sequía

Almería «topa» el precio del agua desalada hasta 2033

Los precios máximos «hacen viable» la agricultura, pero siguen faltando desaladoras

Fachada de la desaladora de Almería
Fachada de la desaladora de AlmeríaLa RazónLa Razón

La provincia de Almería sigue superando su sequía endémica y el agua desalada es la principal herramienta futura tanto para el consumo, como para seguir cultivando en los invernaderos, mientras se cumple con la normativa que obliga a recuperar el nivel óptimo de los antaño esquilmados acuíferos. Tras dos meses de incertidumbre entre los agricultores, por el fin de la bonificación excepcional aprobada por el Gobierno al precio de agua desalada para el riego, el BOE ha publicado la aplicación de una Ley que estaba pendiente desde 2018 y que permite «habilitar los mecanismos de subvención necesarios a fin de que el precio no exceda los 0,30 euros por metro cúbico», como ha explicado el portavoz de la Mesa del Agua de Almería, José Antonio Fernández. Si bien el precio «en el contador» de los regantes almerienses será algo superior en las dos plantas desaladoras dependientes de la Dirección General de Administraciones Públicas almerienses, hasta «los 0,450 euros el metro cúbico de agua desalada en zona de riego para la desaladora de Carboneras y de 0,475 para la desaladora Campo de Dalías», Fernández considera que «son costes asumibles para nuestro modelo agrícola».

El Reglamento impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica tiene efecto en la Cuenca Hidrográfica del Segura, en la conducción Júcar Vinalopó y en las dos principales zonas de cultivo bajo plástico de la provincia almeriense, que podrán olvidar las oscilaciones de la cotización energética y asegurar un precio estable «hasta 2026, según está publicado en el BOE; pero ampliable hasta 2033. Y ese debe ser nuestro horizonte, mantener ese precio máximo la próxima década», afirman desde la Mesa del Agua. «Nuestra valoración tiene que ser positiva», reconocía el también presidente de la Federación de Regantes Almeriense, FERAL, poco después de desencuentros hídricos con el Ejecutivo, como los recortes del trasvase del Tajo-Segura. Sin embargo, «esa pérdida de 30 hectómetros de agua sigue siendo irreemplazable para el Norte de la provincia porque la que les venía del Tajo Segura era mucho más barata, entre 12 y 13 céntimos», ha detallado Fernández.

«Pagar ahora 45 céntimos, si les llegan las conducciones de agua desalada, es triplicar el precio en el mejor de los casos». En la comarca del Almanzora predomina, además, el modelo de «cultivos al aire libre, que no tienen la misma rentabilidad», por lo que avisan desde la Mesa almeriense de que «algunos podrán soportar el precio y otros no».

Por si fuera poco, «se sigue sin iniciar la puesta en marcha de la desaladora del Bajo Almanzora, con lo que eso supone para la agricultura del Levante almeriense, sus productores y comercializadoras», reprocha Adoración Blanque, presidenta de ASAJA Almería.

El subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, ha destacado el «avance en las obras de protección y defensa» de la instalación, así como que «si estos trabajos siguen al ritmo actual, las obras de reparación pueden comenzar el próximo verano y, en torno a 15 meses, la planta ya podría estar produciendo agua desalada». Martín lanzaba la nueva fecha en su visita a la planta del Campo de Dalías, que produce 90.000m3 diarios de agua desalada con los que se abastece el consumo de 250.000 personas y de miles de hectáreas invernadas en la comarca del Poniente. Ya está en redacción un proyecto para ampliar 10 Hm3 más la producción anual de estas instalaciones y Acuamed trabaja en la equipación de parques fotovoltaicos, que aportarán parte del suministro eléctrico con energía totalmente renovable. «En el caso de la planta desaladora del Campo de Dalías, los paneles solares ocuparán unas 25 hectáreas de superficie», según las estimaciones y a la espera de iniciar el estudio de alternativas sobre la ocupación de suelo. «De esta manera también se garantiza el futuro de la agricultura, ya que la sobreexplotación de los acuíferos dejará de producirse gracias a la aportación del agua desalada», matizaba Martín Fernández.

Y es que, pese a seguir pagando el agua más cara del riego de nuestro país, la comarca del Poniente, principal zona de concentración de invernaderos en la provincia también valora con optimismo el horizonte hídrico, ya que «tenemos la garantía de que nos va a faltar el agua, aunque no llueva». Desde la Junta Central de Usuarios del Acuífero del Poniente almeriense, su presidente, Manuel Garcia Quero, ha indicado que «con la mezcla con otras aguas, procedentes del pantano de Benínar, de los propios pozos, de acuífero superior, podemos tener unos precios adecuados para que los agricultores no vean limitados sus cultivos».

En definitiva, «estamos recuperando el acuífero y garantizando el agua para nuestros hijos y nietos, que es lo importante», dice el representante de la Junta Central del Poniente.